Lunes 5 de agosto de 2013 a las 13:05 hrs.
Mis queridos hijos, este va a ser un tiempo de grandes
pruebas en su fe. La Iglesia Católica será la Iglesia en la cual la gran
división comenzará. Será en esta Iglesia que los sacerdotes de mi Hijo
sufrirán más, durante la gran apostasía, la cual muy pronto, tendrá que padecer
desde adentro.
Para aquellos de los fieles sacerdotes de mi Hijo, quienes
serán desgarrados en dos por la indecisión, deben estar conscientes de la
necesidad de permanecer en unión con el Cristo Misericordioso. Nunca deben
sentirse tentados a abandonar Su Iglesia, al aceptar falsedades de aquellos de
entre ustedes quienes han caído dentro de grave error. Deben reverenciar a mi
Hijo a toda costa y guiar a Su pueblo en el sendero a la santidad, sin importar
cuán difícil sea esto para ustedes.
Aquellos de ustedes quienes continuarán llevando a cabo la
Misa tradicional, serán atormentados hasta que estén de acuerdo en abandonarla
completamente. Muchos dentro de sus órdenes religiosas los traicionarán con el
enemigo a sus espaldas. Ustedes, así como mi Hijo antes que ustedes, serán
llevados ante aquellos que claman ser sus compañeros y serán acusados de
herejía, por insistir en continuar mostrando respeto por el Santísimo
Sacrificio de la Misa.
Las nuevas palabras, la cuales ascenderán a la más vil
profanación del Cuerpo de mi Hijo, serán forzadas sobre aquellos siervos
sagrados que se atrevan a objetar.
Será dentro de la Iglesia Católica que hermano combatirá
hermano, hermana contra hermana, padre contra hijo, hijos contra padres, hasta
que haya dos lados.
Esta guerra, para defender la Palabra de Dios, significará
que aquellos sacerdotes que permanezcan fieles a Él, tendrán que buscar
refugio. Para hacer esto, ustedes deben comenzar a prepararse y a encontrar
tales lugares donde serán capaces de ofrecer la Santa Misa y proveer los
Sacramentos a los hijos de Dios.
Yo, la Madre de la Salvación, protegeré tales refugios y por
la colocación del Sello del Dios Vivo, dado al mundo por mi Padre, en las
paredes interiores, permanecerán invisibles a los enemigos de Dios.
No tengan miedo de estas cosas, porque si se preparan bien,
dirigirán a los hijos de Dios a la salvación. Si ustedes no hacen caso a esta
advertencia, serán tomados cautivos en mente, cuerpo y alma, por los enemigos
de mi Hijo y la salvación no será suya.
Aquellos que realizan los mandatos del falso profeta
necesitarán mucha oración, ya que algunos de ellos están ciegos a la Verdad.
Otros, quienes sabrán la Verdad, pero que estarán de parte de aquellos que
negarán la muerte de mi Hijo en la Cruz, son de temer. Ellos infligirán daño
terrible sobre los inocentes seguidores de Cristo.
Al permanecer leales a la Verdad, ustedes dirigirán al
Ejército Remanente de mi Hijo, para que se convierta en una fuerza formidable,
contra el maligno y aquellos que él dirige en su lucha contra los verdaderos
siervos de mi Hijo en la Tierra.
Ustedes deben, cuando llegue el momento, rehusarse a aceptar
dirección de aquellos que profanarán la Palabra de Dios y que a través de sus
mentiras y nuevas doctrinas obscenas, engañarán a muchos. Aquellos que acepten
cualquier distorsión de la Misa o de los Santos Sacramentos, serán responsables
ante mi Hijo. Porque ustedes se habrán convertido, involuntariamente, en
siervos del maligno y muchas, muchas almas se perderán, ya que serán atraídas
dentro de rituales, los cuales rendirán homenaje a Satanás. Estos rituales
honrarán al falso profeta y al anticristo, quienes son enemigos de Dios.
Oren, oren, oren para que la Verdad sea vista y las mentiras
sean expuestas por lo que son - una afrenta a la agonizante Crucifixión de mi
Hijo.
Su amada Madre
http://jesusalahumanidad.com/Mensajes-Recientes.php