Mi niña, cuando aman a mi Hijo, Jesucristo, traerá a todos
aquellos que verdaderamente lo aman más cerca. Cuando aquellos que aman a mi
Hijo encuentran difícil amar a otros, necesitan acudir a mí, la Madre de la
Salvación, para abrir sus corazones.
El Amor de mi Hijo es tan poderoso, que con el Poder del
Espíritu Santo, se puede difundir tan rápidamente desde un rincón del mundo a
cada parte. Cuando la Santa Palabra de mi Hijo es dada a todos los hijos de
Dios, a través de esta Misión, va a desgarrar los corazones de las almas
humildes, quienes reconocen al Salvador a medida que Él habla. El amor,
que emana de Su Palabra, dada a ustedes en este tiempo en la historia de la
humanidad, unirá a millones de almas, instantáneamente, como si se conocieran
unos a otros de toda su vida. Tan poderosa es, que puede, a través del poder de
lenguas, extenderse de nación a nación, en todos los idiomas, rápidamente. Así
es como saben que estas Palabras, a través de estos Mensajes, provienen de mi
Hijo.
Al igual que la Santa Palabra de Dios puede unir almas, así
también puede causar gran división. El odio, el cual sobreviene mientras la
palabra de Dios devora almas, está en su peor momento. Cuando estos Mensajes
atraen tal odio y acciones malvadas, por aquellos que se llaman a sí mismos
verdaderos discípulos de mi Hijo, sepan entonces que es el maligno quien causa
esto. Mis pobres almas, mis pobres hijos confundidos, nunca deben volver la
espalda cuando estén inseguros de las Palabras de mi Hijo. Deben mantener una
mente abierta y permanecer fieles a lo que Él les enseñó. No juzguen a nadie en
Su Nombre. Ámense unos a otros. Si no creen que Dios ha enviado a Su último
profeta, entonces no importa. Por favor recuerden, sin embargo, su obligación -
el llevar a cabo sus deberes hacia mi Hijo, el adherirse estrictamente a Sus
Enseñanzas.
Nunca deben aceptar que Él bendeciría cualquier nueva
doctrina, la cual Él no dio al mundo cuando caminó sobre la Tierra. Él nunca
consentiría nada, que sustituye Su muerte en la Cruz en los altares del mundo.
Su amada Madre
Madre de la Salvación