Lunes 22 de julio de 2013 a las 20:17 hrs.
Mi niña, el engaño, el cual el mundo enfrentará, será tan
difícil de discernir, que solo aquellos quienes se rindan a Dios y pongan toda
su confianza en mi Hijo serán capaces de soportar las pruebas, las cuales se
avecinan.
Di al mundo las profecías en 1917, pero el último secreto de
Fátima no fue revelado, tan aterrador fue para aquellos dentro de la Iglesia
Católica.
El último secreto de Fátima todavía permanece desconocido
para los hijos de Dios, aunque les revelé parte de él a ustedes el 26 de enero
de 2012. Muy pocos dentro de la Iglesia están al tanto de esto. Ahora, la
siguiente parte del secreto final de Fátima debe ser revelada, para que yo
pueda advertir a la humanidad de las consecuencias de ignorar mi intervención
para ayudar a salvar almas.
La Iglesia ha sido infestada, desde el interior, por los
enemigos de Dios. Ellos – y hay veinte de ellos quienes controlan desde
dentro – han creado el mayor engaño. Ellos han elegido a un hombre, no de
Dios, mientras que el Santo Padre, a quien se le concedió la Corona de Pedro,
ha sido cuidadosamente quitado.
Los detalles, los cuales revelé, son que habría dos hombres
llevando la Corona de Pedro en los tiempos finales. Uno sufrirá debido a
mentiras que han sido creadas para desacreditarlo y las cuales lo volverán un
prisionero virtual. El otro elegido ocasionará la destrucción, no solo de la
Iglesia Católica, sino de todas las iglesias que honran a mi Padre y que
aceptan las Enseñanzas de mi Hijo, Jesucristo, Salvador del mundo.
Solo puede haber una cabeza de la Iglesia en la Tierra,
autorizada por mi Hijo, quien debe seguir siendo Papa hasta su muerte.
Cualquier otro, quien declare sentarse en la Silla de Pedro, es un impostor. Este
engaño tiene un propósito, entregar almas a Lucifer y hay poco tiempo para
tales almas, quienes no se darán cuenta, para ser salvadas.
Hijos, deben solo prestar atención a una advertencia, ahora.
No se desvíen de las Enseñanzas de mi Hijo. Cuestionen cada nueva doctrina, la
cual pueda ser presentada a ustedes y que profese que proviene de la Iglesia de
mi Hijo en la Tierra. La Verdad es simple. Nunca cambia. El Legado de mi Hijo
es muy claro. No permitan que nadie nuble su juicio.
Pronto las profecías de Fátima tendrán sentido. Todo está
ahora teniendo lugar frente a un mundo incrédulo pero, tristemente, muy pocos
entenderán hasta que sea demasiado tarde. Recen, recen, recen mi Santísimo
Rosario, tan a menudo como sea posible, todos los días, con el fin de diluir el
efecto del mal, el cual los rodea.