Lunes 22 de Julio de 2013 a las 19:09 hrs.
Mi amadísima hija, convoco a todos los jóvenes en el mundo,
de todos los credos y todas las creencias.
Yo Soy Jesucristo, el Salvador del mundo, y Yo me daré a
conocer a ustedes, pronto. Una vez que esto suceda, durante un evento
sobrenatural, el cual será experimentado alrededor de todo el mundo al mismo
tiempo, ustedes sabrán la Verdad.
Ustedes pueden no aceptar Mi Llamado a ustedes ahora. Pueden
no darme la bienvenida en sus vidas cotidianas, pero cuando sientan Mi Amor,
nada más les importará otra vez. La hora para la Segunda Venida está
cerca. Este evento, cuando venga a traer Paz, conforme pregono el Nuevo
Paraíso, los sobrecogerá con un júbilo, el cual nunca antes han experimentado.
Les traeré una vida más allá de sus sueños – una vida que cuando vislumbrada
será todo lo que desean.
La Segunda Venida no es para ser temida, ya que será la más
potente ocasión dichosa. Esta es Mi Promesa. Nunca deben preocuparse o sentir
que la vida acabó – que se les será negado el tiempo que menospreciaron en el
mundo – porque la vida estará solo comenzando. Esta vez no habrá ningún
tormento, dolor, ira, odio o división. Solo el amor prosperará y, con él, una vida
de esplendor, donde vivirán en gran unidad, en amor y paz con sus seres
queridos.
Estoy preparando el mundo para este gran evento, el cual ha
sido profetizado. Con el fin de prepararse – para que en un abrir y cerrar de
ojos, el mundo cambie para bien – deben venir a Mí. Para ser dados esta vida en
el Nuevo Paraíso, donde conservarán un cuerpo y alma perfectos, deben pedirme
que limpie su alma. A fin de que Yo haga esto, deben pedirme que les perdone
sus pecados. Es así de sencillo. Sé que son pecadores. Ustedes saben que son
pecadores, pero esto nunca debe separarlos de Mí.
Si están afligidos o temerosos, entonces cuéntenme sus preocupaciones y aliviaré su dolor. Confíen en Mí y abriré sus ojos a la Verdad de su glorioso futuro. Cuando la Tierra sea renovada y la Segunda Venida sea anunciada, estaré esperando para recibirlos. Siempre los amaré, porque fue por ustedes que entregué Mi Cuerpo, cuando les permití que me crucificaran. Si los amo tanto, entonces nada debería interponerse en su camino para recurrir a Mí hoy.
Espero su llamado.