Tercer Mensaje para el Viernes Santo
Mi amadísima hija, cuando Judas Iscariote
me traicionó, sostuvo Mi cabeza y me besó en la mejilla. Cuando aquellos que
dirigen Mi Iglesia dicen que me aman, y luego me traicionan, veréis,
claramente, su beso de traición.
No a Mis pies caerán. No serán Mis pies los
que besan, sino los de Mis siervos, Mis seguidores, Mis pecadores.
Mostrar preocupación por las necesidades
del prójimo es admirable. Pero cuando promovéis el bienestar físico de
las necesidades del hombre sobre sus necesidades espirituales, no soy Yo,
Jesucristo, a quien seguís.
El Humanismo no se basa en la Cristiandad y
nunca debe confundirse con ella. Ser cristiano significa entregar todo a Mí,
abandonándose a sí mismos en completa humildad a Mis pies. Esto significa
permitirme que os dirija. Significa obediencia a Mis Leyes y hacer todo lo que
podáis para mostrar el ejemplo de Mi Amor por todos vosotros. Hoy fui
traicionado.
No por mucho tiempo podéis ser ni seréis
engañados, porque una vez que la Casa de Dios sea atacada desde adentro, nada,
solo el desorden, puede seguir. Debéis levantar vuestra cruz y seguidme,
porque pronto seréis vendados y tropezaréis y caeréis en la obscuridad.
Sin la Luz de Dios no seréis capaces de
ver.
Vuestro Jesús
Vuestro Jesús