Mi amadísima hija, qué
rabia, qué ira y qué temor se está sintiendo por aquellos que rehúsan a aceptar
Mi Copa de Sufrimiento, en este momento.
La rabia de Satanás, contra estos mensajes, aumentará rápidamente y todo esfuerzo será hecho para denunciarte, hija Mía.
El sufrimiento debe ser aceptado por ti, por tu entrega a Mi Santa Voluntad, la cual es tu propia voluntad. Así que tú, hija Mía, debes permanecer en silencio mientras los gritos de la bestia y aquellas pobres almas que él utiliza para atacarte, continúan. Digo esto a todos Mis amados y leales discípulos: permaneced firmes. Mantened vuestras cabezas inclinadas en humilde servidumbre y ofreced vuestros sufrimientos por aquellas almas que no aceptarán el Don de la Verdad.
Aquellos responsables de infiltrar Mi Iglesia en la tierra, eligieron el tiempo de la Cuaresma, deliberadamente, para insultarme, a Vuestro Jesús, que muere en agonía para salvar sus almas.
Tan infestados están ellos, aquellos que recorren los corredores de Roma, que la mayor señal será vista en el caos que resultará, mientras se adhieren al dominio del impostor. Caos, desorden, división y contradicción serán vistos en todas partes en Roma. Este desorden viene de Satanás, porque no puede venir de Dios.
La cólera proviene del maligno y su rabia es palpable cuando Mi Luz es difundida entre los Hijos de Dios. Hace saber que cuando los ataques de semejante naturaleza viciosa son infligidos en otro, en Mi Nombre, es Mi Presencia la que provoca tal reacción.
Solo Yo, Jesucristo y Mis seguidores podemos ser el centro de tal abuso y así, cuando encontréis que esto llega a ser insoportable, por favor decid esta corta oración:
“Comparto este dolor contigo, querido Jesús, y pido que bendigas a mis enemigos y a aquellos que te flagelan, con el Don del Espíritu Santo. Amén.”
La discordia continuará y Mi Agonía es sentida por todos los santos y ángeles en el Cielo, porque el tiempo del Apocalipsis está cerca.
Aférraos en Mí, vuestro Jesús, y poned toda vuestra confianza en Mí mientras construyo Mi Ejército Remanente, como preparación para la fea batalla por las almas que está por venir.
Vuestro Jesús
La rabia de Satanás, contra estos mensajes, aumentará rápidamente y todo esfuerzo será hecho para denunciarte, hija Mía.
El sufrimiento debe ser aceptado por ti, por tu entrega a Mi Santa Voluntad, la cual es tu propia voluntad. Así que tú, hija Mía, debes permanecer en silencio mientras los gritos de la bestia y aquellas pobres almas que él utiliza para atacarte, continúan. Digo esto a todos Mis amados y leales discípulos: permaneced firmes. Mantened vuestras cabezas inclinadas en humilde servidumbre y ofreced vuestros sufrimientos por aquellas almas que no aceptarán el Don de la Verdad.
Aquellos responsables de infiltrar Mi Iglesia en la tierra, eligieron el tiempo de la Cuaresma, deliberadamente, para insultarme, a Vuestro Jesús, que muere en agonía para salvar sus almas.
Tan infestados están ellos, aquellos que recorren los corredores de Roma, que la mayor señal será vista en el caos que resultará, mientras se adhieren al dominio del impostor. Caos, desorden, división y contradicción serán vistos en todas partes en Roma. Este desorden viene de Satanás, porque no puede venir de Dios.
La cólera proviene del maligno y su rabia es palpable cuando Mi Luz es difundida entre los Hijos de Dios. Hace saber que cuando los ataques de semejante naturaleza viciosa son infligidos en otro, en Mi Nombre, es Mi Presencia la que provoca tal reacción.
Solo Yo, Jesucristo y Mis seguidores podemos ser el centro de tal abuso y así, cuando encontréis que esto llega a ser insoportable, por favor decid esta corta oración:
“Comparto este dolor contigo, querido Jesús, y pido que bendigas a mis enemigos y a aquellos que te flagelan, con el Don del Espíritu Santo. Amén.”
La discordia continuará y Mi Agonía es sentida por todos los santos y ángeles en el Cielo, porque el tiempo del Apocalipsis está cerca.
Aférraos en Mí, vuestro Jesús, y poned toda vuestra confianza en Mí mientras construyo Mi Ejército Remanente, como preparación para la fea batalla por las almas que está por venir.
Vuestro Jesús