Lunes 25 de marzo del 2013 14:50 hrs.
Se me mostró la destrucción final de Mi Iglesia en la tierra, la toma del poder dentro de ella por las sectas masónicas, la inmoralidad del hombre, la falta de vergüenza por parte de los hijos de Dios, ya que participan en pecados viles de la carne, el asesinato de inocentes y el caer en el error de quienes profesan hablar en Mi Nombre.
Tan poderoso es Satanás que sembró dudas en Mi Mente acerca de Mi Ser, el Hijo del Hombre. Yo, en Mi Divinidad, no podía sucumbir al pecado, pero os digo esto, para que la humanidad pueda comprender cómo el mal puede tentar para alejaros de Mí.
Satanás no representa el mal en las formas más obvias. En su lugar, él disfraza el mal como bueno. Él es astuto y puede engañar hasta al más santo de entre vosotros, en la creencia de que una mentira es la Verdad.
Como las personas se apartan de Mis Enseñanzas aceptarán voluntariamente el pecado y la codicia en sus corazones. Sin una dirección caerán siempre en desgracia. Cuando Mi Nombre esté siendo borrado de la faz de la tierra, el hombre no será capaz de encontrar a Dios.
Cualquiera sea la religión que sigáis no importa porque vuestro única ruta a Dios es a través de Mí, Su único Hijo. Por Mi muerte en la Cruz, os salvé del fuego del infierno -incluyendo a cada hombre, mujer y niño vivos en el mundo de hoy. Si no aceptáis esto, entonces no podréis entrar a las Puertas del Paraíso. Es sólo a través del Hijo que os podéis presentar al Padre. Rechazadme, a Cristo Jesús, y rechazaréis vuestra salvación.
Que poco habéis aprendido sobre el pecado y la forma en que éste os separa de Dios. La propagación del pecado nunca ha sido tan rampante desde que Dios creó el mundo. Vosotros pecadores habéis alcanzado nuevas profundidades, que me disgustan. Habéis expuesto incluso a los más pequeños, que fueron confiados a vuestro cuidado, a comportarse como demonios. Os falta caridad, amor y compasión por los demás y sin embargo muchos de vosotros mostráis vuestros actos de fe para que el mundo vea y admire. Así como los fariseos dictaron las Leyes de Dios, pero no las practicaron, ni tampoco mostraron humildad, así también lo harán aquellos de vosotros que decís venir en Mi Nombre os desplomáis en el pecado de orgullo.
Tanto necesitáis todavía aprender acerca de Mi Voz y de Mis Enseñanzas, que todavía caen en oídos sordos. Luego están los que dedican todo el tiempo proclamando su conocimiento de Dios, dicen que conocen las profecías, que tienen todavía que ser reveladas, pero no saben nada. Si no fuera por Mi gran Misericordia no seríais apto para entrar en Mi Reino.
Ha llegado el momento para todos los que pretenden guiar a los hijos de Dios, en los caminos del Señor, para pedirme, Jesucristo, por el Don de la humildad. Ha llegado el momento para que escuchéis la Verdad, así como os fue dada, pues no tenéis mucho tiempo para redimiros a Mis Ojos.
Vuestro Jesús