Martes 12 de marzo, 2013 a las 14:38 hrs.
Mi queridísima hija, el
Cielo llora de pena en este día terrible, predicho desde hace mucho tiempo.
Toda la humanidad enfrentará el mayor
engaño de todos, el cual ha sido perpetrado por la bestia.
Las lágrimas de Mi Hijo, cuya muerte en la
Cruz dio la libertad a Mis hijos, ahora caen en agonía, sobre todo el mundo en
este momento.
Mi Ira está contenida en este momento, pero Mi Furia es grande. Muy pronto el engaño se pondrá de manifiesto a todos los nombrados por Mi Hijo para guiar Su rebaño en la tierra.
La batalla ahora se enfurece entre Mi
jerarquía y el dominio de la bestia. Será doloroso, pero pronto, el castigo,
que seguirá a la perversa persecución, conspirada por el enemigo y sus
secuaces, exterminará la podredumbre.
Hago un llamado a todos Mis hijos para que
regreséis a Mi Hijo y pongáis toda vuestra confianza en Él en este momento.
Sed valientes, Mis pequeños, porque este
dolor será de corta duración. A los que siguen a la bestia y al falso profeta
se les dará conocimiento (clarividencia), por el Poder de Mi Mano, con el fin de
traerlos de vuelta al Corazón de Mi Hijo. Si ellos rechazan este Don, entonces
están perdidos y sufrirán el mismo tormento, que enfrentará el impostor quien
será arrojado al abismo por la eternidad.
La coronación del falso profeta, será
celebrada por grupos masónicos en todos los rincones quienes planean las etapas
finales para la persecución de todos Mis hijos.
Los que van a celebrar con él y quienes lo
hacen por ignorancia, con el tiempo, sentirán aún más dolor que quienes ya
conocen la Verdad.
Esperad ahora, con valentía y esperanza,
porque todo esto tiene que suceder antes de que el Glorioso Reino de Mi Hijo
sea manifestado.
Debéis prometer vuestra lealtad a Mi amado
Hijo en todo momento y negarse a aceptar las mentiras. Si, y cuando, se os
pida participar en una nueva Misa sabed que será la maldición más grande jamás
infligida por Satanás en contra de Mis hijos.
Sabed que el Cielo os guiará y que, al
aceptar el dolor con dignidad, ayudaréis a Mi Hijo a cumplir con la alianza
final.
Vuestro Amado Padre,
Dios el Altísimo