Viernes 31 de mayo de 2013 a las 16:40 hrs.
Mi amadísima hija, la manera en la cual me muestro a
los hijos de Dios en esta Tierra es a través de solo una fuente y esa es el
Espíritu Santo. No puedo darme a conocer a ellos a través de ninguna otra
manera.
Sin la Presencia del Espíritu Santo Mi Voz no puede ser
oída. Así que cuando el Espíritu Santo desciende sobre un alma elegida, Mi
Voz pude ser conocida. Pero sepan, el Espíritu Santo solo puede residir en
almas que escuchan y comunican simplemente lo que es dado a ellas.
El Espíritu Santo puede inspirar a las personas a hablar la
Palabra de Dios, pero tales almas no pueden desviarse de esta. Cualquiera que
escribe, comunica, habla y dice que representa la Palabra de Dios, dada a él
por el Poder del Espíritu Santo, nunca debe dar su propia interpretación de Mi
Santísima Palabra.
Alguien que proclama la Palabra de Dios y que ha sido
facultado por el Espíritu Santo, nunca se jactaría de este hecho. Ellos nunca
condenarían a otro en Mi Nombre, hablarían mal de otros o los calumniarían.
Cuando vean que esto sucede, sabrán que el Espíritu Santo no está presente.
Muchísimos falsos profetas gritan en voz alta, jactándose
del hecho de que se les ha dado el Don del Espíritu Santo, pero esto es
mentira. Reconozcan al mentiroso cuando dice que es culto, que tiene gran
educación en teología, y por lo tanto sabe más acerca de Mí que otros, y entonces
clama que se le ha dado la autoridad para condenar a otros, quienes dicen que
hablan en Mi Nombre. Esta arrogancia nunca podría provenir de Dios.
Dios no es presuntuoso. Dios no es orgulloso. Dios es
amable, amoroso y sin embargo firme en Su instrucción a la humanidad. Él nunca
daría permiso a ningún profeta genuino, verdadero discípulo o siervo santo para
herir o insultar a otro en Mi Nombre.
Tengan cuidado de los falsos profetas que no tienen el Don
del Espíritu Santo, porque ellos los llevarán por mal camino. Los levarán en la
dirección opuesta al camino que he elegido para cada uno de ustedes.
Su Jesús