Lunes 15 de abril de 2013 a las 18:20 hrs.
Mi amadísima hija, los enemigos de Dios ahora se levantan en
gran número, en cada nación, para condenar las Leyes de Dios.
Habrá muchas leyes nuevas introducidas en cada país y cada
iglesia. La mayoría de las leyes estarán en contra de las Enseñanzas establecidas
en la Santa Biblia. Cada clase de pecado será legislado, y la
oscuridad de la bestia cubrirá al mundo. Aquellos que se opongan a estas
leyes serán descartados como maniáticos y demonizados. Sus voces serán ahogadas
por aquellos que acogen el secularismo, como si este fuera una religión
auténtica. Ellos usarán todo argumento intelectual para hacer cumplir sus leyes
malvadas y engañarán a muchos, porque usarán los derechos humanos como
herramienta para controlar a otros.
Muchos no serán lo suficientemente fuertes para luchar
contra el aborto, la eutanasia y el matrimonio del mismo sexo. Entonces,
justamente cuando las leyes sean creadas, la Iglesia Católica anunciará la
reforma para reconocer todos los derechos humanos y todas las religiones. Esto
será seguido por una terrible división entre aquellos que están bendecidos con
el don de la percepción, dado a ellos por el Espíritu Santo, y aquellos cuyo
único deseo es el amor a sí mismos, y que rechazan a Dios. Estos ven a Dios, y
a Mis Enseñanzas, como un obstáculo para vivir lo que ellos creen que es un
libre estilo de vida.
La poderosa organización élite mundial, que está
infiltrada en todos los rincones del mundo, planeará nuevas leyes
eclesiásticas, y conspirará para derrocar líderes, mientras que al mismo
tiempo, ideará guerras, las cuales traerán destrucción. Tan orgullosos son
ellos, y es tal la extensión de su lealtad a la adulación satánica, que creen
que son indispensables. Cómo tendrán que sufrir por sus actos malvados. Así
como creen que pueden controlar a otros e imponer sus tortuosos planes en
otros, así ellos serán derribados por la Mano de Mi Padre. Se les dará solo el
tiempo suficiente para volver sus espaldas. Después, entonces ellos se volverán
unos contra otros y se destruirán mutuamente. Tal será el nivel de su
sufrimiento que aún hacia el final, no será suficiente hacerles ver lo que les
espera en caso de continuar estando atados al maligno.
Mucha gente, no temerosa de Dios, notará un poco de estos
eventos al principio. Solo será cuando su libertad sea restringida, que se
rebelarán abiertamente contra las injusticias dentro de sus
naciones. Ellos entonces se darán cuenta del horror que se habrá estado creando
porque la Luz de Dios habrá sido extinguida. En su lugar habrá oscuridad, vacío,
hambre y carencia de amor. Solo entonces el hombre clamará por la Misericordia
de Dios. Yo estaré allí, esperando, para darles consuelo y salvar sus pobres
aterradas almas.
Vuestro Jesús