Miércoles 10 de abril de 2013 a las 16:45 hrs.
Mi amada hija, así como las Llamas del Espíritu Santo envuelven a aquellas almas humildes que leen estos Mensajes, así también será el expandimiento de la conversión mundial. La Santa Palabra de Dios es como una potente ráfaga de viento, que trae consigo y para todas aquellas almas en su estela, los frutos de plenitud.
De aquellas primeras semillas plantadas, una multitud de frutos han crecido, los cuales cubren cada nación, incluyendo aquellas bajo régimen comunista.
Hija Mía, tal y como Mi Santa Palabra sujeta las mentes y almas de cada credo, cortará como una espada a través de aquellas naciones que le dan la espalda a Mí, vuestro amado Padre. Así, cuando el odio aumente en contra de ti, sabe que Mi Santa Palabra, para ayudar a salvar almas, está teniendo éxito.
Tú, Mi mensajera, eres solo un instrumento. Esta misión no es acerca de ti. No es acerca de la iluminación de tu alma, ya que este no es Mi objetivo, aunque esto es agradable para Mí. Tú, hija Mía, como el último mensajero, debes solo transmitir al mundo los Mensajes que se te están dando, para el bien de la humanidad. Tus opiniones, y tu asesoramiento a otros, no es de importancia y no tienes la autoridad para compartir semejantes puntos de vista humanos con otros.
Cuando la Voz de Dios alcanza los corazones del hombre, se multiplica dentro de las almas de muchos. Es Mi bondad, que como el Padre Amoroso de toda la humanidad, la que permite estas grandes bendiciones.
Como fue predicho, grandes milagros serán presenciados por aquellos a quienes se les ha dado el Don del Espíritu Santo a través de esta Misión. Bendigo a todos aquellos que esparcen y difunden Mis Mensajes, ya que sus esfuerzos producirán Mi Palabra como un velo, que cubrirá la Tierra.
A aquellos que han esperado el Don de la Conversión – aquellas pobres almas vacías de Mí – os digo ahora. Yo, vuestro Padre Amoroso, prometo que os abrazaré y abriré vuestros corazones cuando digáis esta oración:
Dios Padre: Oración para la Llave al Nuevo Paraíso
“Querido Padre, soy yo, Tu hijo perdido quien, tan confundido y ciego, sin Tu ayuda, Tu amor, nada soy.
Sálvame a través del Amor de Tu Hijo, Jesucristo y dame la Llave para Tu Nuevo Paraíso en la Tierra. Amén.”
Hijos, Yo os bendeciré y protegeré. Sois Míos – todos vosotros. Mientras languidezco por vosotros y lloro por aquellos de vosotros que me odian, utilizaré Mi Poder Todopoderoso para desbloquear vuestros corazones endurecidos para que pueda legaros la herencia, que amorosamente he creado.
Mi Intervención, al revelaros los acontecimientos por venir, os ayudará a comprender cuánto os amo. Cuando estos acontecimientos se desarrollen ante vuestros ojos, os estaré esperando para que vengáis a Mí con amor y confianza en vuestras almas.
Vuestro amado Padre
Dios Altísimo