Mi queridísima hija, El Espíritu de Dios está siendo
derramado sobre la Tierra en una manera que no se ha hecho antes.
Con el fin de preparar a Mis queridos hijos para el Nuevo
Paraíso, el cual está esperando por ellos, los envuelvo con el Espíritu de la
Verdad. Algunos lo aceptarán con brazos abiertos, y serán agradecidos por tal
bendición. Otros lo rechazarán porque no abrirán sus corazones.
Mi Gran intervención para salvar la humanidad ha comenzado y
la velocidad de Mis acciones será evidente para todos. Los milagros, permitidos
por Mí, su Padre Todopoderoso, serán extendidos y darán que hablar. Estos
traerán más conversión. Luego, así como el Espíritu de Mi Amor se difunde, las
acciones del maligno y su séquito aumentarán.
Mi Mano detendrá las malvadas acciones de aquellos quienes
tratan de imponer guerra, asesinato y aborto sobre Mis hijos. Mi Mano
caerá también sobre aquellos quienes atormentan a los leales seguidores de Mi
amado Hijo y aquellos quienes tratan de abolir Su Presencia en la Sagrada
Eucaristía.
Oigan ahora Mi llamado. Todos Mis hijos serán atraídos a Mi
Misericordia. Aquellos quienes insultan a Mi Hijo no pueden venir a Mí Aquellos
quienes denuncian Sus Enseñanzas y tuercen la Vedad, rechazan Mi Existencia.
Ustedes no pueden crear sus propias leyes y obedecerme. No hay manera de que
consientan el pecado y esperen ver Mi Rostro.
Si el pecado no disminuye, castigaré a aquellas naciones que
son responsables por los pecados, los cuales me ofenden. Así como Mi Espíritu
continúa sin disminuir, también lo será Mi intervención para prevenir que el
pecado se propague.
Todos estos cambios serán vistos al mismo tiempo. Poco
después, cuando todo intento por Mi Hijo, a través de Su Iglesia y Sus
discípulos, haya sido hecho para difundir la Verdad, vendrá el día cuando la
Gran Misericordia de Mi Hijo caerá sobre la humanidad. Luego, no mucho tiempo
después de ello, vendrá el Día del Juicio.
Prepárense, Mis hijos, porque ahora el día puede venir a
cualquier momento. Solo aquellos quienes obedecen Mis Mandamientos, y muestran
remordimiento de sus pecados, pueden y serán salvados.
Su amoroso Padre
Dios el Altísimo