Mi amadísima hija, a aquellos entre Mis discípulos que están
sufriendo por creer en estos Mensajes del cielo, tengo esto que decirles.
Por más difícil que es su sufrimiento, deben saber que han
sido bendecidos con Mi Don, dado a ustedes para ayudaros a abrir sus ojos a la
Verdad. El abuso que tendrán que soportar en Mi Nombre, debido a su
lealtad a estos mensajes, vendrá de aquellos que están cerca de ustedes. En
particular, muchos siervos sagrados Míos, quienes rehúsan buscarme a través de
esta Mi Santa Palabra, les causarán el mayor malestar. Serán denigrados,
despreciados, desafiados, criticados, y mofados, y aún así esa gente afirma que
habla en Mi Santo Nombre.
Ustedes deben soportar ese dolor exactamente como Mis
apóstoles y discípulos tuvieron que soportarlo. Durante Mi tiempo en la tierra,
Yo fui expulsado de los templos de Dios. Mis discípulos fueron advertidos
de permanecer lejos de Mí o enfrentar la expulsión de la Iglesia si eran vistos
Conmigo. Cuando ellos hablaban Mi Santa Palabra o difundían Mis enseñanzas,
fueron amenazados y en algunos casos azotados. Ellos fueron hechos espectáculo.
Aquellos que siguieron la Palabra de Dios, establecida por los profetas antes
de Mí, fueron los primeros en escupirme. Su ira fue causada por el hecho de que
Yo hablaba la Verdad, porque ellos no querían oír la Verdad. Ella los asustaba
y los hacía sentir incómodos.
Colmados con el Poder del Espíritu Santo, Mis apóstoles
fueron odiados después de Mi Ascensión, por muchos de los que veneraban en los
templos. Y aunque su sufrimiento era muy grande, y las voces de la oposición
gritaban fuertemente en su presencia, eso no importó.
Nada puede prevenir que Mi palabra se propague. Ninguna voz
será lo suficientemente alta. Ningún argumento será suficientemente creíble.
Ningún veneno será lo suficientemente fuerte. Mi Poder es imposible de superar. Mi
Santo Espíritu atraerá a miles de millones de almas hacia la seguridad de Mi
Nuevo Paraíso. Todas las voces de descontento serán calladas y toda oposición
será suprimida, porque la intervención de Mi Padre asegurará que las zarzas y
los pedruscos, los cuales ensucian el sendero de la Verdad, serán erradicados.
Solo Mi Voz permanecerá. Será la única Voz de Autoridad, la
cual será sostenible, y entonces el Gran Día vendrá.
Su Jesús