Viernes 15 de marzo, 2013 a las 22:30 hrs.
Mi querida niña, este es un momento de gran dolor, no sólo
para ti, sino para todos aquellos que aman a Mi Hijo.
Debo insistiros, queridos hijos, que sigáis siendo fuertes y
fieles a la Santa Palabra de Dios, por el bien de mi Hijo. Él, Mi amado Hijo,
inclina Su cabeza en agonía mientras observa el horror en que Su Iglesia se
derrumba delante de Él.
Por favor, orad por
la esperanza y rezad mi Santo Rosario todos los días por todos aquellos que
gobiernan en Roma. Debéis rezar por todos los que dirigen la Iglesia Católica.
Por favor, incluid al hombre que se sienta en la Silla de Pedro, porque él
necesita enormemente de vuestras oraciones.
Orad para que él acepte la Verdad de la muerte de mi Hijo en
la Cruz y para que abra su corazón a las suplicas de mi Hijo por misericordia
para todos los hijos de Dios.
No importa cuán difíciles sean estos tiempos, en la Iglesia
Católica Romana, el mal no puede y no va a prevalecer contra el Poder de Dios.
Mi papel como Mediadora de todas las Gracias está a punto de
realizarse, y como la mujer elegida para ser vestida con los rayos del sol, mi
tiempo ha llegado para ayudar a mi Hijo en Su plan final de salvación.
Aprecio a todos los hijos de Dios, incluyendo a los que le
traen gran vergüenza y angustia. Rezad para que mis oraciones, llevadas a Mi
Hijo y presentadas a Él en vuestro
nombre, puedan ayudar a mitigar el sufrimiento, que está por venir dentro de la
Iglesia Católica.
Mi amor, como Madre de todos los hijos de Dios, lo abarca
todo y nunca me detendré en mi misión para traeros esperanza, queridos hijos.
Las oraciones serán escuchadas en el Cielo y no debéis nunca
perder la esperanza, ya que la Misericordia de mi Hijo es mayor de lo que
posiblemente podríais conocer.
El amor de Dios es Todopoderoso. Pedid y recibiréis grandes
bendiciones, ya que los preparativos están completos para el Gran Día del
Señor.
Esperad con paciencia; amor y confianza porque todas estas
pruebas pronto pasarán, y entonces el Nuevo Cielo y la Nueva Tierra se
fusionarán en una sola. Esto es todo de lo que necesitáis preocuparos --la preparación de vuestra alma y la de los
que necesitan más de vuestras oraciones. Sólo entonces, seréis capaces de
aceptar la Luz de Dios y entrar en el Nuevo Paraíso en la tierra.
Estad en paz y enfócaos(concentraos) sólo en mi Hijo y en Su
singular deseo de salvar el alma de toda creatura viviente.
Vuestra amada Madre,
Madre de la Salvación
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