Hija Mía, soy la mujer vestida con el sol, y es el sol, el
que representa la Luz de Dios en el mundo. Sin el sol, no hay luz. Sin luz, no
hay vida. Sin Dios, hay sólo muerte.
Mi labor como Madre de la Salvación, en donde
asistiré/ayudaré a mi Hijo en esta última Misión, Su Plan final para completar
el Pacto/Alianza de Su Padre para traer la salvación a cada alma, significa que
haré todo lo que pueda, para traerle las almas que Él tanto desea. Me gustaría
que se sepa que he sido nombrada, no sólo la Reina del Cielo, sino Reina sobre
las doce tribus de Israel. Doce naciones reinarán en la Nueva Jerusalén. Las
doce estrellas, en mi corona, que fueron colocadas sobre mi cabeza por mi Hijo
amado, Jesucristo, durante mi Coronación, indican esta profecía. Cada una de
estas estrellas representan las doce naciones, que van a
evolucionar/desarrollarse en el Día del Juicio.
Todas las almas, incluyendo a los que se levantarán de entre
los muertos, así como aquellos que están vivos en el mundo hoy y quien
permanece en la Luz de Dios, van a hacer la transición hacia el Nuevo Cielo y
la Nueva Tierra. Ellos se unirán como uno, en unión con mi Hijo, y ellos serán
resucitados en cuerpo y alma perfectos,
como lo fue cuando mi Hijo resucitó de entre los muertos. Este estado de
perfección es el mayor/mejor regalo de Dios y demuestra cuán misericordioso Él
es. Esta es la salvación, que mi Hijo prometió, cuando padeció Su Agonía en la
Cruz. Y a causa de Su gran Amor por la Humanidad, Él desea salvar cada una de
las almas, y, especialmente, la de aquellos que están perdidos para Él.
Doy ahora a todos vosotros un Regalo especial, bendecido por
mi Hijo, para que a todas las almas se les conceda inmunidad contra los fuegos
del infierno y sea concedida la salvación. Mi Hijo desea que cada alma sea
salvada, no importa cuán grave es su pecado. Pido que ahora empecéis la Novena
de la Salvación. Debéis empezar esto de inmediato y continuarla, mientras os instruyo
para el fin de los tiempos. Debéis recitar esta Oración por un total de siete
días consecutivos de un mes calendario, comenzando los lunes, en el horario de
la mañana. Debéis recitarla tres veces durante cada uno de los siete días, y en
uno de estos días debéis ayunar. Para el ayuno se os pide comer solo una comida
principal durante el día y entonces solo pan y agua en las otras dos comidas.
Esta es la oración debéis decir para cada uno de los siete
días.
Cruzada de Oración (130) Cruzada de Oración Novena de
Salvación:
Mi amada Madre de la Salvación, por favor obtén para todas
las almas, el Don de la Salvación Eterna a través de la Misericordia de tu
Hijo, Jesucristo.
Mediante tu intercesión, suplico que tú ores para liberar a
todas las almas que están en esclavitud de Satanás.
Por favor, pide a tu Hijo mostrar Misericordia y perdón para
aquellas almas, que Lo rechazan, que Lo lastiman con su indiferencia y que
adoran la doctrina falsa y dioses falsos.
Te imploramos Madre querida, que pidas por las Gracias para
abrir los corazones de las almas que más necesitan de tu ayuda. Amén.
Mi promesa para ayudar a mi Hijo, Jesucristo, en Su Plan para la Humanidad es llamar a todos vosotros, que reconocéis mi labor como Mediadora de Todas las Gracias y Coredentora, juntos, para que el mundo entero pueda unirse como uno solo en unión con Jesucristo, vuestro Salvador y Redentor.
Id en paz. Siempre voy a orar por vosotros queridos hijos y siempre voy a responder a vuestro llamado para redimir a la Humanidad ante los Ojos de Dios.
Mi promesa para ayudar a mi Hijo, Jesucristo, en Su Plan para la Humanidad es llamar a todos vosotros, que reconocéis mi labor como Mediadora de Todas las Gracias y Coredentora, juntos, para que el mundo entero pueda unirse como uno solo en unión con Jesucristo, vuestro Salvador y Redentor.
Id en paz. Siempre voy a orar por vosotros queridos hijos y siempre voy a responder a vuestro llamado para redimir a la Humanidad ante los Ojos de Dios.
Vuestra Madre,
Madre de la Salvación
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