Mi muy querida bienamada hija, cuando la Palabra fue hecha
carne esto, a través de Mi nacimiento, significó que la Santa Palabra de Dios
se materializó, como fue profetizado en el Libro de Mi Padre.
La Palabra de Dios es muy clara y no cambia. Durará para la
eternidad. Cualquier persona que destroce la Palabra de Dios y la modifique por
convenir a él mismo, o a otros, es culpable de herejía. Cuando vine al mundo,
los hijos de Dios - y especialmente Sus siervos doctos/eruditos en Sus templos
de la Tierra - conocían las profecías contenidas en el Libro de Mi Padre. No
era ningún secreto que Mi Padre iba a enviar a Su Mesías para redimir a la
Humanidad , y este hecho se enseñaba en los templos y se incluyó en cada
lectura de las Sagradas Escrituras. Todo lo que proviene de Mi Padre, es la
Verdad. Él no miente. La Palabra de Dios es inamovible. Lo que Mi Padre dijo en
el principio sucederá. Lo que Él prometió se cumplirá, independientemente de
que la humanidad esté aceptando el hecho o no.
Mi Padre le dio al mundo Su Palabra, luego Su Carne, a
través de Mi nacimiento - Su único Hijo Jesucristo - y entonces prometió al
hombre la Salvación Eterna. Cada Palabra contenida en la Santa Biblia, así como
se dio en su formato original, incluyendo el libro de Apocalipsis, es la
Verdad. Por lo tanto, la Promesa de Mi Padre al mundo de que Él enviaría a Su
Hijo otra vez - sólo que esta vez a juzgar a los vivos y a los muertos - jamás
debe ser rechazada. El período antes de este Gran Día será uno turbulento y
detalles del tiempo previo a Mi Segunda Venida están contenidos en el libro de
Apocalipsis, así como fue dictado a Juan por el Ángel del Señor.
Decir que aceptáis una parte del Libro de Mi Padre y no la
otra es negar la Palabra de Dios. No podéis aceptar una parte de la Verdad y
declarar el resto de la Palabra de Dios ser una mentira. El Libro de la Verdad
fue predicho a Daniel y luego dados en partes a Juan el Evangelista. Gran parte
de lo que está contenido en el Libro del Apocalipsis está aún por
desarrollarse. Muchas personas temen su contenido y, por tanto, tratarán de
negarlo, porque la Verdad es una píldora difícil de tragar. Y, sin embargo, la
Verdad, cuando se acepta, es algo que se puede captar con más facilidad porque
con ella viene la claridad. Claridad significa que podéis prepararos con más
disponibilidad y prontitud y con paz en vuestra alma y la alegría en vuestro
corazón, porque sabéis que Yo vengo a renovar el mundo. Sabréis que el paraíso
creado por Mi Padre, para Sus hijos, ha de ser devuelto a ellos, por fin, en
toda su Gloria original.
Ningún hombre puede comprender verdaderamente el Libro del
Apocalípsis, ya que no todo acontecimiento es recordado en detalle ni en
secuencia, ni está destinado a serlo. Pero sabed esto. Podéis estar seguros de
que este es el período en el que el reino de Satanás muere y mientras llega al
final, va a infligir cualquier castigo sobre Mí. Él hará esto al infiltrarse en
Mi Iglesia de la Tierra desde el interior. Él me va a robar almas y profanará
Mi Cuerpo, la Sagrada Eucaristía. Pero Yo soy la Iglesia y conduciré a mi
gente. Satanás no puede destruirme, porque esto es imposible. Él puede, sin
embargo, destruir muchas almas al engañarlos haciéndoles creer que él soy Yo.
Así como el mundo fue preparado para Mi Primera Venida, así
también está ahora siendo preparado para Mi Segunda Venida. Para aquellos que
se oponen a Mí , a Mis esfuerzos para salvar las almas y quienes abrazan Mis
enemigos, sabed esto: Jamás
frustréis/impidáis el Poder de Dios. Jamás destruyáis la Palabra. Jamás profanéis
Mi Cuerpo y se os permitirá permanecer en pie.
Cuando las profecías, que están contenidas en el Libro del
Apocalipsis, se desarrollen, no debéis desesperaros nunca, pues estad con la
seguridad de que el Amor de Dios por Sus hijos significa que Él se ocupará de
Sus enemigos con dureza y se esforzará por llevar a todos Sus hijos, que me
reconocerán, a Su único Hijo, a Su Divina remanso de Paz. Y mientras que los
enemigos de Dios se roban las almas de muchos, a través de una chapa de encanto
y el engaño, mucha gente va a menospreciar la Verdadera Palabra de Dios.
Para aquellos que sois bendecidos con la visión, no temáis a
Mis enemigos, sino a la Ira de Dios, a medida que desciende sobre los que
tratan de robar las almas de los que están sin enterarse de lo que está
ocurriendo.
El amor de Dios es Todopoderoso y Su Lealtad a la
supervivencia de cada persona es infinita. Pero Su Castigo sobre Sus enemigos
es tan fiero como lo es final.
Vuestro Jesús
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