Mi queridísima bienamada hija, muy pronto oiréis numerosos
anuncios/declaraciones por los impostores, quienes se han infiltrado en Mi Casa
en la Tierra. Las herejías que vendrán saliendo a borbotones de sus bocas y de
sus actos, resultarán en nuevas leyes, las cuales desafían la Palabra de Dios,
y las que serán impuestas sobre todos aquellos que son fieles a la Palabra.
Los Sacramentos se reducirán y la cantidad de Misas irán
siendo lentamente retiradas hasta que sean raramente celebradas. Toda excusa
será dada, pero todo esto esconderá la verdadera razón que hay tras sus
motivos. Vosotros, Mis bienamados seguidores, estáis presenciando todo lo que
Mi bienamada Madre predijo en La Salette y en Fátima. Debéis entender que el
plan es profanar cada Iglesia de Dios, antes de que el anticristo se siente en
el trono de Mi Templo, en toda su repugnante gloria. Aquellos que exijan
respuestas serán ignorados y más tarde ridiculizados por osar cuestionar a esos
que dicen liderar Mi Iglesia en la Tierra.
Todo pecado a los Ojos de Mi Padre será eventualmente
desestimado. No solo el pecado será rechazado, sino que será presentado de
cualquier inmunda manera sobre Mi Altar. La abolición del pecado será vista en
el adoctrinamiento de la educación de los niños. Los niños, especialmente,
serán forzados a tragar herejías. Se les dirá que si no aceptan esas
enseñanzas, entonces serán culpables de juzgar severamente a los que declaran
al pecado ser una cosa buena. Los niños serán instruidos a nunca proclamar
abiertamente la Palabra de Dios en la presencia de otros por miedo a ser
acusados de ser un anti-derechos humanos.
Cualquier intento de promover moralidad, de cualquier forma,
entre los jóvenes, será opuesto y condenado violentamente. Los Cristianos, y
aquellos que públicamente declaren su derecho a implementar las Enseñanzas
Cristianas, serán vapuleados y silenciados. Sus palabras se volverán susurros y
la gente tendrá vergüenza de admitir que son Cristianos. Y mientras los
derechos de los no-Cristianos serán apoyados, serán los derechos de los ateos,
los que serán declarados ser de extrema importancia. Como ya os he dicho, el
odio contra los Cristianos crecerá fuera/afuera de Mi Iglesia. Luego, en el
interior, será desmantelada pieza por pieza hasta que no quede más que un cascarón.
Los ladrillos y el mortero todavía estarán en su sitio, pero Mi Iglesia en la
Tierra, tal y como la conocéis, habrá cambiado más allá de vuestro
entendimiento.
Mi gente son Mi gente – aquellos que apoyarán la Santa
Palabra de Dios y quienes continuarán valiéndose de los Santos Sacramentos, que
serán hechos disponibles para vosotros por Mis bravos y valientes siervos
consagrados, quienes nunca me abandonarán.
Cuando escucháis Mi Palabra – contenida en la Palabra
escrita y heredada durante siglos en el Libro de Mi Padre – siendo cuestionada
y analizada, con un deseo de reescribirla, entonces debéis saber esto. Yo no
autorizo tal herejía. Yo condeno a estos traidores por las almas que llevarán a
la perdición. Vosotros también, nunca debéis escuchar a cualquier persona que
os diga que neguéis Mi Palabra.
Pronto, veréis cada ley en vuestros países e iglesias
cambiar, para acoger a toda clase de pecado y legislación para esto. Ambos
tipos de leyes se mezclarán juntas en una, hasta que, eventualmente, la Palabra
de Dios no sea más discutida ni añadida. Exigir los derechos de los Cristianos
será equivalente a violar la ley y será castigado de muchas formas. Para
aquellos de vosotros que no creáis que estas cosas sean posibles, entonces
presenciaréis, tristemente, estas cosas en vuestro propio tiempo de vida y como
fue predicho.
¿Cuántos de vosotros permaneceréis fieles a Mi Palabra?, ¿A
mis Enseñanzas? No muchos. Sin embargo, son aquellos que dicen que me honran
ahora y que se dedican a Mi Iglesia, los que serán los primeros en darle la
espalda a la Verdad.
Vuestro Jesús