Domingo 23 de febrero de 2014 a las 16:28 hrs.
Hija mía, mientras exista el reino de Satanás en la Tierra,
la Verdad siempre será suprimida.
Desde la muerte de mi Hijo en la Cruz, todo intento de
proclamar Su Palabra ha sido desbaratado. Y, desde que la Cristiandad se
esparció, muchas grietas aparecieron y la Doctrina dictada por mi Hijo,
Jesucristo, a través de Sus discípulos, fue adaptada. La Verdad ha sido siempre
alterada, pero a pesar de esto, la Palabra de Dios todavía se mantiene viva en
el mundo, y la Presencia de mi Hijo, a través de la Santa Eucaristía, se ha
mantenido.
La Verdad, concerniente a la existencia de Satanás y la
realidad del Infierno, ha sido suprimida durante muchas décadas y esto ha
tenido un efecto perjudicial en la salvación de la humanidad. Toda referencia
al Infierno ha sido abolida y el hombre ha sido mal guiado hacia un falso
sentido de seguridad. Por lo tanto ahora, hoy en día, poca gente cree en la
existencia del demonio o en el abismo del Infierno. Esta mentira ha sido el
flagelo de la humanidad y, como resultado, muchas almas se han perdido, a causa
de que el Infierno es negado. El pecado mortal ya no es considerado ser una
realidad y por lo tanto no se hace ningún intento para evitarlo. Aquellos que
están al servicio de mi Hijo, Jesucristo, en Sus Iglesias, tienen un deber de
preparar las almas, para que así ellas sean dignas de entrar en el Reino de los
Cielos.
El Infierno se puede evitar, a través de una comprensión de
las consecuencias del pecado mortal, sin embargo, no se menciona ni una palabra
de él. Las almas están perdidas porque nunca han sido instruidas adecuadamente
sobre cómo evitar el pecado y buscar el arrepentimiento. Para que seáis dignos
de entrar en el Reino de mi Hijo, debéis dedicar tiempo viviendo vuestras
vidas, de acuerdo a la Palabra de Dios. Por favor, no ignoréis la Verdad,
porque si lo hacéis, estaréis perdidos.
Rezad, rezad, rezad para que la humanidad acepte la
existencia de Satanás, porque hasta que lo hagan, ellos nunca aceptarán
verdaderamente la Promesa de Redención de mi Hijo
Vuestra bienamada Madre
Madre de la Salvación
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