Sábado, 24 de marzo de 2012 a las 11:45 hrs.
Hoy vengo a tí, Mi queridísima bienamada hija, para informar
al mundo de Mi Gran Misericordia.
También deseo informar al mundo de Mi Justicia.
Hijos, no tenéis mucho tiempo antes de que Yo venga a
juzgar.
Es el período entre ahora y Mi día del Juicio, en el que
tendrá lugar Mi Segunda Venida, que debéis utilizar sabiamente para preparar
vuestras almas.
Como vuestro Divino Salvador, es Mi deber guiaros,
instruiros y revelaros las maneras en las que podéis estar seguros que seréis
dignos para entrar a Mi Paraíso.
No rechacéis a Mis profetas. Me refiero, en particular, a
Mis Siervos consagrados .
Necesitáis pedirme que os cubra con Mi Espíritu Santo, para
discernir con humildad y pureza de alma.
Cuando lo hagáis, Yo os revelaré la Verdad de Mi Santísima
Palabra dada a vosotros ahora a través de ésta profeta.
Después de ésto, será vuestro deber aseguraros que todas
aquellas almas que os buscan para que
las guiéis, sean ayudadas para preparar sus almas para Mi Segunda Venida.
Nunca temáis pronunciar la frase “La Segunda Venida de
Cristo”, porque muchos de Mi rebaño no saben lo que ésto significa.
Muy pocos de ellos han sido instruídos acerca de éste Gran y
Glorioso Acontecimiento ni de la importancia de preparar sus almas, para que
así estén en estado de Gracia.
Nunca temáis predicar acerca de la existencia del Purgatorio
o del Infierno. Es vuestra responsabilidad decirle a Mi gente la Verdad.
Buscad Mi guía a través de esta Cruzada de Oración (40):
Oración para que el Clero prepare las
almas para la Segunda Venida:
"Oh Jesús mío,
yo no soy más que un humilde siervo y necesito que me guíes,
para que pueda preparar almas para Tu Gloriosa Segunda
Venida.
Ayúdame a convertir almas y a prepararlas de acuerdo a Tu
Santa Voluntad,
para que así ellas sean dignas de entrar al Nuevo Cielo y
Tierra,
que prometiste a toda la humanidad, mediante Tu muerte en la
Cruz.
Dame las Gracias que necesito, para que así pueda impartir
Tu Palabra a las almas sedientas y que nunca renuncie a mi deber a Ti, querido
Jesús, a Quien yo prometí mi lealtad a través de mis Votos Sagrados.
Amén.“
Id ahora Mis Siervos consagrados y aceptad la labor para la cual fuísteis
elegidos.
El desafío de preparar almas para Mi Segunda Venida es el
mayor de la historia en vuestro ministerio y debéis aceptar ésto con amor y
gozo en vuestros corazones.
Aceptad también el Don de ser elegidos como siervos
consagrados en éste, el Fin de los
Tiempos, cuando el nuevo Cielo y Tierra emerjan como Mi Nuevo Paraíso.
Sois bienaventurados por vivir en estos tiempos.
Pero seréis atormentados y obstruídos en cada parte de
vuestra jornada cuando ayudéis a salvar a Mis almas en la Tierra, por el
engañador, y por todos aquellos que él tiente para desviar sus corazones lejos
de Mí, Vuestro Divino Salvador.
Nunca os déis por vencidos en vuestra Santa Misión y sabed
que Yo, Vuestro Jesús, caminaré con vosotros a cada paso del camino.
Vuestro Bienamado Jesús
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