Miércoles 2 de julio de 2014 a las 16:40 hrs.
Queridos hijos, si la humanidad fuera a que presenciar la
Majestad de mi Hijo, Quien se sienta en el Trono Celestial, al lado de la mano
derecha del Padre Eterno, ellos agacharían sus cabezas en vergüenza y
remordimiento.
Mi Hijo amado, Jesucristo, es adorado, honrado y recibe en
abundancia gran amor por los ángeles y los santos en el Cielo. En la Tierra hay
muy poco respeto mostrado a Él, Quien sufrió una muerte terrible para salvar a
la raza humana del pecado. Cómo lloran los Cielos en este momento en la
historia, mientras todo intento para liberar a la Tierra de cada signo/símbolo
que representa a mi Hijo está siendo hecho en todas partes. No contentos con
desterrar la exposición pública de las Santísimas Cruces, pronto llegará a ser
ilegal declarar que vosotros seguís a a Jesucristo.
Muy poca tolerancia se mostrará a los Cristianos que
permanecen fieles a la Palabra y que siguen el camino hacia Dios. Incluso
aquellos siervos consagrados que afirman/manifiestan servir a Jesucristo serán
demasiado débiles para defender el Cristianismo y van a permitirse ser
obligados a aceptar estas leyes. En muchos casos los traidores de entre ellos,
facilitarán la abolición de la Cruz y de la Verdad del Cristianismo. Con el
tiempo, todos ellos adorarán una doctrina falsa, junto con otras religiones que
no provienen de Dios. Debido a que elegirán el camino del error, por su propia
voluntad, esto significa que ellos se negarán a aceptar la Misericordia de Dios
y se condenarán a sí mismos a la oscuridad.
Vosotros nunca debéis traicionar a mi Hijo por ninguna
razón, porque Él es el Camino de la Verdad y solo Él puede traeros la Salvación
Eterna.
Vuestra amada Madre
La Madre de la Salvación
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