Lunes 21 de abril de 2014 a las 15:56 hrs.
El mundo, tal y como está, es incompatible con Mi Reino y
esto quiere decir que aquellos de vosotros que me conocéis y que verdaderamente
me amáis, encontráis doloroso, a veces, vivir vuestras vidas cotidianas. Amarme
significa seguir Mis Enseñanzas y recurrir a Mí para perdonaros vuestros
pecados. Este es el único camino por el que podéis volveros parte de Quien Yo
Soy. No podéis formar parte de Mi Reino hasta que conozcáis la Verdad y
aceptéis que, mientras el pecado exista, el mundo jamás podrá ser perfecto. En
tanto el hombre haga todo de acuerdo a su propia voluntad, cuando está siendo
constantemente seducido a caer en sus propias necesidades egoístas, él seguirá
siendo un esclavo.Mi muy querida bienamada hija, es muy difícil para las almas, incluso para aquellas con gran fe, reconciliar el mundo en donde ellas viven, con el mundo de Mi Reino.
Cuando vivís la vida de acuerdo a la Palabra de Dios, seréis
capaces de ver el mundo por lo que es. Presenciaréis la maravilla que es el
Milagro de la Tierra, la cual fue creada por Mi Padre. Pero, vosotros también
veréis cómo la debilidad del hombre le ha separado de Dios. Mientras este
sea el caso, el mundo como lo conocéis, no podrá ser elevado de nuevo a su
Gloria Original. Es debido a esto por lo que vosotros solo encontraréis
verdadera paz cuando Yo venga de nuevo a traeros al Paraíso de Mi Padre, creado
para vosotros desde el principio.
El principio y el final del mundo llegarán a ser como uno. No
habrá Cielo, ni Purgatorio, ni Tierra – solo existirán dos entidades. Mi Reino
– donde la vida nunca acabará, para aquellos que me permitan reunirles dentro
de Mi Corazón, y el Infierno, para aquellos que no se volverán hacia Mí.
Todas las cosas estarán de acuerdo a Mi Misericordia y a la
Santa Voluntad de Mi Padre, Quien Ama a todos Sus hijos. Él quiere salvar a
todos y a través de Mí. Yo no puedo forzar a aquellos que no quieren ser parte
de Mi Reino, o a quienes rechazan todos Mis esfuerzos por traerles una
maravillosa eternidad gloriosa, a seguirme. No ignoréis Mis súplicas de
ayudar a esas pobres almas.
Vuestro Jesús