Domingo 27 de abril de 2014 a las 23:20 hrs.
Mi queridos hijos, dejad que la Luz de Dios descienda sobre
vosotros, mientras los planes para preparar al mundo para la Segunda Venida de
mi Hijo, Jesucristo, hayan sido completados. Todas las cosas ahora serán
conformes a la Santa Voluntad de Dios y yo os pido que uséis la oración como
vuestra mejor armadura, mientras que la batalla por los hijos de Dios se
intensifica. A diferencia de otras guerras, la batalla por las almas será muy
confusa, porque el enemigo será percibido como un amigo, mientras que la
Verdadera Iglesia de Cristo será declarada ser el enemigo.
Cuán fuertes necesitaréis ser, si pretendéis ser un
verdadero soldado Cristiano. Nunca debéis inclinaros a la presión de pronunciar
blasfemias, en las cuales se os pedirá que participéis, en público y delante de
los altares de mi Hijo. Cuando veáis a los hombres de elevadas posiciones de
poder, en los Templos de mi Hijo, y pidiendo que os inclinéis en reverencia
ante ellos, pero donde no haya signo de la Cruz, entonces, corred, porque
seréis arrastrados a un error. Vosotros sabréis que la hora para que el
anticristo entre en la Iglesia de mi Hijo ha llegado, cuando los tabernáculos
hayan sido reajustados, y en muchos casos, reemplazados por versiones de
madera.
Hijos, por favor estad prevenidos de que muchos de vosotros
le daréis la espalda a la Verdad, porque encontraréis la Verdad casi imposible
de aceptar. Los días previos a la llegada del anticristo serán días de grandes
celebraciones, en muchas iglesias, de todos los Cristianos y otras
denominaciones. Todas las normas habrán cambiado; la Liturgia
reelaborada/reconstruida; los Sacramentos alterados; hasta que finalmente, la
Misa no sea ya más celebrada de acuerdo a la Santa Doctrina. Para entonces y en
el día que el anticristo se siente orgullosamente en su trono, la Presencia de
mi Hijo ya no estará más. Luego, a partir de ese día en adelante, será muy
difícil para aquellos que aman a mi Hijo seguir siendo fieles a Él, como
deberían, porque toda abominación será presentada delante de vosotros. Cuando
bastantes distracciones os acechen y se vuelva una ofensa cuestionar la nueva
jerarquía, vosotros seréis tentados a daros por vencidos y aceptar la nueva
religión mundial, por miedo a perder amigos y familiares.
El Ejército de Dios – el Remanente – crecerá y se esparcirá
y la Cruzada de Oraciones proveerá gran fortaleza a todos. Mi Hijo intervendrá
y os llevará a través de los desafíos, los cuales están por delante y vosotros
sabréis que será Su Poder el que os dará el coraje y la perseverancia. Porque
solo los fuertes de entre vosotros permaneceréis fieles a la Santa Palabra de
Dios, pero aunque el Ejército Remanente no es más que una fracción del tamaño
del ejército de la bestia, Dios lo llenará con el poder de un león. Él
reforzará a los débiles y les dará Grandes Gracias. Él debilitará el poder de
aquellos que se vuelvan devotos del anticristo. Todos estos acontecimientos
parecerán aterradores, pero, en realidad, estos parecerán para muchos como una
nueva era de unidad y de paz en el mundo. La gente aplaudirá a la nueva única
iglesia mundial, y dirá: “qué gran milagro ha sido creado por Dios”. Ellos
tendrán gran admiración por los hombres, tanto dentro como fuera de la iglesia,
los cuales hayan traído a cabo tal unidad. Grandes alabanzas y honores serán
prodigados sobre estos hombres y entonces, ellos serán gratificados con altos
cánticos, así como con signos/insignias especiales de reconocimiento, en cada
encuentro público.
Habrá regocijo, celebraciones y ceremonias honoríficas, donde los herejes serán recompensados con grandes galardones. Vosotros veréis gran opulencia, unión entre distintas creencias y hombres de honor siendo tratados como santos vivientes – todos excepto uno. El “uno” al que me refiero es el anticristo y ellos creerán que él es Jesucristo.
Habrá regocijo, celebraciones y ceremonias honoríficas, donde los herejes serán recompensados con grandes galardones. Vosotros veréis gran opulencia, unión entre distintas creencias y hombres de honor siendo tratados como santos vivientes – todos excepto uno. El “uno” al que me refiero es el anticristo y ellos creerán que él es Jesucristo.
Vuestra bienamada Madre
Madre de la Salvación