Mi amadísima hija, Mis pobres siervos sagrados, después de
que la Liturgia haya sido manipulada y profanada ante Mí, vendrán corriendo a
Mí en gran dolor. Solo cuando eso ocurra, se darán cuenta de que la Palabra de
Dios está siendo dada a conocer a través del profeta de Dios, y que es la
Verdad. La Palabra de Dios es la Verdad. Puede ser solo toda la Verdad, o nada
en absoluto, cuando las profecías dadas a los hijos de Dios son de Él.
Muchos se reunirán y unirán para prepararse a rendirme
homenaje, de la manera en que me honran, ya que nada se interpondrá en su
camino para defender Mi Santa Palabra; Mis Santos Sacramentos; Mi Santa Misa y
la Sacratísima Eucaristía. Pero aun entonces, muchos no verán los errores, que
van a ser presentados a las almas desprevenidas.
Solo cuando la Iglesia de Dios sea declarada estar en unión
con los paganos, y sus prácticas absurdas, más de Mis siervos sagrados
verdaderamente comprenderán lo que está pasando. Solo cuando los símbolos
paganos y signos satánicos comiencen a ser mostrados dentro de, sobre y en las
entradas exteriores a las iglesias cristianas, correrán por sus vidas. Habrá
gran temor en sus corazones porque muchos de ellos, en esa etapa, no tendrán
adonde ir, ya que fracasaron en prepararse para este día. Estos serán los que
serán perseguidos porque no respondieron a Mi llamado. Su orgullo y sus egos
les impidieron reconocer Mi Voz. Tantos de Mis siervos sagrados serán tomados
por sorpresa, y muchos serán impotentes contra el reinado del falso profeta y
su cohorte, el anticristo. Estos dos serán implacables en su misión para
controlar a todas las naciones y a cualquiera que se atreva a interponerse en
su camino será destruido.
Mientras aquellos siervos sagrados dentro de Mi Iglesia en
la Tierra estarán atrapados, a menos que estén preparados, es el alma de los
fieles, los seguidores leales a Mí, Jesucristo, quienes serán mal guiados al
grave error, lo cual me causa un dolor tan amargo. Muchos tendrán miedo de
mostrar deslealtad a la Iglesia, incluso cuando Mis Enseñanzas, Mi Santa
Doctrina y todos los Sacramentos hayan sido alterados. Permitídles saber ahora
que ningún hombre, ningún sacerdote, ningún obispo, ningún cardenal, ningún
papa tiene la autoridad para re-escribir la Palabra de Dios. Cuando ellos hacen
esto, han roto la Ley de Dios. Solo la Iglesia de Dios, que permanece fiel a
Mis Enseñanzas, es infalible. Una vez que ese vínculo – el vínculo donde solo
la Verdad es declarada en Mi Nombre – es roto, ellos se separan de Mí. Yo Soy
la Iglesia. Vosotros, Mis seguidores, Mis siervos sagrados son parte de Mí,
cuando os adherís a Mi Santa Doctrina.
La Iglesia – Mi Iglesia – permanecerá intacta, ya que la
Verdad nunca puede cambiar. Aquellos quienes se separan de Mí no pueden ser
parte de Mi Iglesia en la Tierra.
Vuestro Jesús
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