Viernes 3 de octubre de 2014 a las 15:10 hrs.
Mi muy querida bienamada hija, prestad ahora atención a Mi
Promesa. Vendré otra vez para anunciar un nuevo comienzo, un nuevo mundo sin
fin. Todos aquellos que acepten la Gracia de Dios, cuando Yo cubra/vierta Mi
Misericordia sobre el mundo entero, serán parte de Mi Reino.
He dado a la humanidad cada signo, cada advertencia y cada
Gracia para preparar sus almas. Algunos han escuchado la Palabra de Dios, tal
como se establece en los Santos Evangelios, y han hecho caso(y han prestado
atención). Otros han oído y visto la Verdad, pero se niegan a aceptarla. Pronto
llegará un día, cuando la Verdad completa y la prueba(evidencia) de Quien
Soy Yo será revelada, y a los pecadores se les dará el mismo tiempo para tomar
su propia decisión, de acuerdo a su libre albedrío. Ninguno de vosotros
será obligado a aceptar Mi Misericordia porque únicamente vosotros podréis
tomar esa decisión. Otros se negarán a dar testimonio de la Verdad, incluso
cuando ellos la vean con claridad. Lamentablemente, éstos se perderán. Otros
se tomarán su tiempo antes de que a Mí me juren lealtad, pero ese tiempo,
después de que El Aviso tenga lugar, será corto.
Vengo ahora a hablarles de los acontecimientos que os
revelarán los signos de estos tiempos y de Mi Presencia en esta Misión. Las
tormentas se verán en muchas naciones y durarán semanas. La vacunación mundial
de la que os hablé en 2010 pronto se presenciará. La Mano de Dios, en Su Divina
Justicia, será vista cuando Él permita que las tentaciones sean colocadas
frente a aquellos que están a Su servicio en Mi Iglesia. Cuando éstas y todas
las otras profecías se hagan realidad, estaré esperando. Y luego, vendrá El
Aviso. Vendrá pronto, antes del Gran Día cuando Mi Promesa de venir otra vez
será cumplida finalmente.
Debéis confiar en Mi Bondad, Mi Amor y Mi Misericordia. Si
lo hacéis, seréis lo suficientemente fuertes para enfrentar cualquier prueba e
insultos que se os arrojarán en Mi Nombre y la gracia para permanecer fieles a
Mi Santa Palabra.
Permaneced en paz y en esperanza, porque Mi Amor por
vosotros, y vuestro amor por Mí, van a destruir el mal que se ha apoderado de
las almas de los que así mismos se han separado de Mí.
Vuestro Jesús