Jueves 26 de septiembre de 2013 a las 17:55 hrs.
Mi queridísima hija, Mi Mano de Justicia ha caído sobre el
mundo y castigaré a aquellos quienes hieren a Mis hijos, en cuerpo y alma.
Ustedes deben temer Mi Ira así como aceptar Mi Misericordia.
Intervendré en sus naciones con el fin de detener que se
intensifiquen las guerras y si tengo que destruir ciudades para detener que el
mal se extienda, entonces lo haré. Conforme la maldad del hombre se
propaga como un virus, cortaré aquellas almas en dos y las aniquilaré. Cómo
los pecados malvados de aborto, guerra, asesinato y el engaño de aquellos
quienes ayudan en la propagación del pecado me enferman. Pagarán el precio por
esto ahora.
Aquellos en posiciones políticas, quienes controlan la
disponibilidad del aborto, serán los primeros en ser castigados. Esperen
ahora conforme ustedes verán cómo ellos sufrirán por las atrocidades las cuales
consienten ante Mí. Aquellos grupos, quienes traman la desaparición de la
población mundial a través del aborto, morirán en agonía por Mi Mano. Se hará
justicia sobre ellos finalmente, ya que ya no les permitiré infligir tal maldad
sobre Mis hijos. Sus arrogantes afirmaciones, de que están actuando en interés
humano, serán silenciadas, ya que se han separado ellos mismos de Mí y ahora
tendrán poco tiempo para redimir sus almas.
Aquellos dados la responsabilidad de enseñar a Mis hijos la
Verdad de los Evangelios necesitarán prestar atención a esta Promesa. Los
levantaré cuando digan la Verdad, pero los lanzaré al abismo, si y cuando
profanen la Sagrada Eucaristía. Y mientras los mentirosos los convencerán
de la necesidad de cambiar la Verdad y los persigan, no será nada como la
oscuridad, la cual arrojaré sobre toda la Tierra. Entonces habrá llanto y
rechinar de dientes, pero nadie los oirá. Ya no verán, ni oirán nada, sino que
sentirán el dolor de aquellas almas a quienes destruyeron debido a la
apostasía, la cual ayudaron a impulsar hasta que envolvió las almas de aquellos
siervos sagrados que ustedes instruyen.
Teman Mi Ira, ya que descenderá sobre ustedes repentinamente
y para entonces les será demasiado tarde. Nunca verán Mi Rostro. Les estoy
dando a los líderes de todos aquellos quienes controlan Mis Iglesias en la
Tierra esta advertencia final.
Fracasar en defender la Palabra de Dios o mantener la
Sagrada Eucaristía resultará en muerte y desesperanza. No les permitiré el
tiempo para destruir las almas quienes han sido reservadas para
cierto uso por Mis enemigos.
Su Padre