Mis queridos hijos el Don del Discernimiento procede del
Poder del Espíritu Santo y no es fácilmente entregado. Debe ganarse. Solo se da
a aquellos que están en unión con Cristo y que están libres de todas las
distracciones de las tentaciones puestas frente a ellos por el maligno. El
maligno no puede engañar a los que están bendecidos con este Don.
¡Ay, del hombre que es engañado porque él mismo se expondrá
a ser guiado hacia las falsedades. El engaño procede de Satanás mismo y de
aquellos a los que infesta. Todos los que no aceptan la Existencia de
Jesucristo encontrarán casi imposible soportar el humo de Satanás, que hace
ciegos a todos y cada uno de ustedes que son culpables de permitir que el
pecado del orgullo los devore. Cualquier
siervo consagrado de Dios que se aleja de la Verdad guiará a todos aquellos,
que lo buscan como guía, hacia el error. Por esto, él sufrirá un gran castigo
en el Día del Juicio.
La influencia del mundo secular se asemeja a la de una gran
inundación y las almas que le permitan cambiar su punto de vista u opinión de
la Palabra de Dios, se ahogarán. El engaño es una herramienta del maligno y su
principal objetivo es destruir la Iglesia de mi Hijo en la Tierra seduciendo a
aquellos dentro ella. Abran sus ojos a los novedosos cambios, los que se
introducirán y los cuales maldecirán el Nombre de Dios.
Nunca deben permitir que las falsedades influyan en lo que
mi Hijo les enseñó porque mi Hijo nunca se desvió de Su Palabra Escrita, ni
nunca lo hará. La Verdad les sostendrá durante las pruebas que se avecinan y
las cuales azotarán la Iglesia de mi Hijo en la Tierra. Deben prepararse para
estos tiempos porque están casi sobre ustedes.
Su amada Madre
Madre de la Salvación
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