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sábado, 9 de junio de 2018

Cuando la Nueva Jerusalén descienda sobre el mundo al sonido de las trompetas, las luces llenarán los cielos y todo estará en silencio

Domingo 9 de junio de 2013 a las 22:15 hrs.

Mi amada hija, el dolor que soportas físicamente en este momento es para salvar  almas, que están tan alejadas de Mí, que si no estuvieras para ofrecerme esto como un alma víctima, ellas estuvieran perdidas para Mi por siempre. Siempre recuerda cuanto me hiere y rompe Mi corazón cuando pierdo aunque solo sea un alma.

Mi amor por la humanidad se mantiene intacto, porque nada me detendría de amar a cada preciada alma. Les amo tanto que los dones que te he dado, hija Mía, de ver a todos los hijos de Dios, como Él los ve, con una pureza de corazón, es interminable. Es por esto que sufres tanto, Mi pequeña. No es por aquellos cuya ira te insulta, sino que es por aquellas almas que están en terrible oscuridad y cuyo destino te aterroriza, que soportas estas nuevas aflicciones físicas.

Por favor comprende que cuando te vuelves impaciente y molesta, debido a estas pruebas dolorosas, que son nada comparadas con el intenso sufrimiento que encaran aquellas almas que serán tomadas por la bestia. Significará nada cuando se compara a las almas que deben padecer el dolor del sufrimiento en el Purgatorio. Qué poco esto significará para ti cuando veas cómo arrancaré aquellas almas, que de otra manera no serían capaces de salvarse a sí mismas, de la sujeción maligna de la bestia.

Hija Mía, no importa qué tan doloroso este sufrimiento es, que no importará cuando Yo una a los hijos de Dios, cuando el más Glorioso Paraíso descienda en el Gran Día. Cuando la Nueva Jerusalén descienda sobre el mundo al sonido de las trompetas, las luces llenarán los cielos y todo estará en silencio entonces ante el  sonido de los ángeles, cuyo canto llegará a toda alma antes del momento final. Ésta será la última hora cuando venga a juzgar a los vivos y a los muertos.

Tu Jesús

  
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