Domingo 28 de septiembre de 2014 a las 18:15 hrs.
Mi muy querida bienamada hija, la Palabra de Dios, como fué establecida por Él, y la Palabra dictada a Mis Santos Apóstoles, fue la base sobre la que Mi Cuerpo Místico, la Iglesia, fue construida.
La Palabra Eterna es el fundamento sobre el que se asienta la Iglesia. No es al revés. La Palabra de Dios es Eterna – está fundida en piedra. Es el fundamento de la Verdad. La base de Mi Iglesia no puede ser sacudida, pero el edificio que está edificado sobre ella, puede ser cambiado y modificado. Sin embargo, si el edificio cambia, entonces la fundación no podrá sostenerlo si se aparta de la estructura del edificio para el que fue diseñado.
La Palabra de Dios nunca podrá ser modificada, ya que nunca puede cambiar. Porque ¿cómo podría? Dios no dijo una cosa para que signifique otra. La Iglesia debe estar al servicio de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios no está al servicio de aquellos miembros de Mi Iglesia que puedan sentirse de forma diferente. Atrévanse a manipular la Palabra y vosotros me traicionaréis a Mí, Jesucristo. Yo Soy la Iglesia. Mi Cuerpo es la Iglesia y todo lo que brota de Mí es sagrado. Porque en tanto que la Verdad sea sostenida por vosotros, siervos sagrados Míos, podéis representarme. Mientras vosotros confiéis en Mí y me honréis y os aseguréis de que los procedimientos adecuados estén en su lugar dentro de Mi Iglesia, entonces podéis decir que sois Míos.
Cuando Dios dictó los Evangelios, por el Poder del Espíritu Santo, la Palabra ha sido presentada utilizando diferentes expresiones, pero, de cualquier manera, sigue siendo la misma. Cuando Dios habló a través de los profetas y esos apóstoles Míos, bendecidos con el Don del Espíritu Santo, el lenguaje era claro, sencillo y con autoridad. Lo mismo se puede decir de hoy, cuando Dios habla a Sus profetas. El lenguaje es claro y simple y es entregado con autoridad, porque viene de Dios. Las palabras pronunciadas por Mí, vuestro Redentor, son fieles a Mi Santa Palabra contenida en las Escrituras, porque vienen de la misma Mano. Por lo tanto, todo el que os dé una nueva versión de la Verdad, que sea difícil de entender, difícil de seguir y vaga, tened cuidado. Cuando la Verdad es torcida, una doctrina falsa emanará de ella. Estará llena de agujeros; ilógica y exactamente lo contrario de la Santa Palabra de Dios.
Cuando os digan que Dios aceptará el pecado por Su Misericordia sabed que esto es una mentira. Dios aceptará el alma arrepentida, pero nunca el pecado, porque esto es imposible.
Aferraos a la Verdad en todo momento, ya que sin ella, estaréis viviendo una mentira.
Vuestro Jesús