Jueves 04 de septiembre de 2014 a las 23:03 hrs.
Mi muy querida bienamada hija, todo lo de las profecías
predichas hace tanto tiempo, y dadas a los profetas de Dios, videntes y
visionarios, a través de revelaciones tanto públicas como privadas, ahora se
desarrollará.
El hombre escéptico cuestionará la autenticidad de la
Palabra de Dios, pero cuando sea testigo de todo lo que fue predicho en el
Libro del Apocalipsis, se quedará en silencio, ya que, cuando estos
acontecimientos agarren a la humanidad, el único consuelo que encontrará es si
él me busca. Cuando vuestro corazón esté lleno de dolor, a causa de las
malas acciones que se llevan a cabo por hombres malvados contra los hijos de
Dios, vais a llorar lágrimas de angustia. A continuación podréis ver hasta
qué punto el mal puede extenderse dentro de las almas de aquellos que tienen el
corazón de piedra. Cuando veáis cuán poco cuidado y respeto estos enemigos
de Dios tienen para la vida humana, finalmente entenderéis cuánto poder el
maligno ejerce sobre la humanidad. En sus horas finales, Satanás, que se
manifiesta a sí mismo en las almas que él llena con sus métodos/modos pútridos,
mostrará al mundo cuán intenso es su odio por la raza humana.
Por cada excusa dada por el hombre para justificar el mal,
los autores de actos malvados demostrarán el odio que tienen dentro de sus
corazones por los hijos de Dios. Llevarán a cabo malignas atrocidades en
Nombre de Dios y ellos no tendrán amor en sus almas. Reproducen el odio y
la mayoría de ellos no entienden por qué su odio por los demás es tan intenso. Mientras
que muchas personas no creen en la existencia del maligno, vosotros debéis
saber ahora que él es incapaz de resistirse a revelarse a sí mismo a través de
aquellos a los que él infesta. Su vapor se propaga hasta que devore a
todas las naciones, a todas las almas débiles, y a los líderes poderosos, cuyo
amor por la ambición los hará rendirse abiertamente a su influencia.
Pronto veréis actos malvados que tienen lugar en cada parte
de vuestra sociedad, en muchos países y de diferentes maneras. Satanás
anhela almas, su apetito es voraz y su voluntad implacable. Cuando su odio
se manifiesta verdaderamente en las almas, estas personas no serán capaces de
ocultar sus acciones. Solo en estas situaciones pueden muchos de vosotros
ver realmente al maligno como lo que realmente es, y eso es a través de las
acciones de tales pobres almas que se han sometido a su voluntad.
Nunca debéis ser complacientes cuando los actos y las malas
acciones, incluyendo las guerras y disturbios, entren en erupción en el
mundo. Es entonces cuando vuestras oraciones más se necesitan.
Vuestro Jesús