Sábado 16 de agosto de 2014 a las 20:15 hrs.
Mis queridos hijos, muchas personas buscan a mi Hijo,
Jesucristo, en sus vidas, en algún momento. Cuando un alma descubre a mi
Hijo, es un viaje de diferentes caminos y de diferentes etapas que deben ser
caminadas. Cuando os acercáis a mi Hijo será una lucha y vosotros debéis
contar con ello. Mientras sois atraídos más cerca de Él, os volveréis más
parecidos a Él y Sus Rasgos serán familiares para vosotros. Podéis no
conocer físicamente a mi Hijo, pero llegaréis a conocerlo en todas
formas. Su amor lo sentiréis. Su Dolor llegará a ser el
vuestro. Su dulzura será compartida con vosotros y el gozo que Él
experimente, a causa de Su amor incondicional a la humanidad, llegará a ser el
vuestro. Su Paciencia será instilada (vertida gota a gota) en vuestra alma y Su
Palabra será profundamente arraigada dentro de vosotros, y con un
discernimiento que os será dado por el Espíritu Santo.
Cuando realmente améis a mi Hijo os volveréis humildes como
Él y con un ardiente deseo de servirle, cueste lo que cueste. Algunas almas
llegan al camino espiritual de la perfección a través del tiempo, pero no van a
completar este viaje, a menos que depositen toda su confianza en Dios. Si
un alma se tambalea en el camino, se le dará la gracia para levantarse por sí
mismo y continuar su viaje. Pero si un alma compite con mi Hijo, y se
considera digno de desafiar el Verbo hecho carne, entonces él se separará de
Dios.
La persona que encuentra a Jesús en esta vida en la tierra y
que le sirve fielmente tendrá paz. Será poco en este mundo, lo que la
volverá a satisfacer. Si un alma, que ha llegado a intimar con mi Hijo,
después se separa de Él, sufrirá un terrible dolor. Habiéndolo conocido y
vivido dentro de Su Corazón, este dolor de la separación de mi Hijo es el peor
dolor conocido por el hombre.
Cuando vosotros sois tentados a cuestionar las Enseñanzas de
Cristo, o cuando sois intimidados a rechazarlo de alguna manera, sabed que nada
de este mundo os traerá jamás la paz, el amor o la alegría que viene de Él.
Vuestra amada Madre
Madre de la Salvación