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jueves, 28 de agosto de 2014

Madre de la Salvación: Vosotros podéis no conocer físicamente a mi Hijo, pero llegaréis a conocerlo en todas formas

Sábado 16 de agosto de 2014 a las 20:15 hrs.


Mis queridos hijos, muchas personas buscan a mi Hijo, Jesucristo, en sus vidas, en algún momento. Cuando un alma descubre a mi Hijo, es un viaje de diferentes caminos y de diferentes etapas que deben ser caminadas. Cuando os acercáis a mi Hijo será una lucha y vosotros debéis contar con ello. Mientras sois atraídos más cerca de Él, os volveréis más parecidos a Él y Sus Rasgos serán familiares para vosotros. Podéis no conocer físicamente a mi Hijo, pero llegaréis a conocerlo en todas formas. Su amor lo sentiréis. Su Dolor llegará a ser el vuestro. Su dulzura será compartida con vosotros y el gozo que Él experimente, a causa de Su amor incondicional a la humanidad, llegará a ser el vuestro. Su Paciencia será instilada (vertida gota a gota) en vuestra alma y Su Palabra será profundamente arraigada dentro de vosotros, y con un discernimiento que os será dado por el Espíritu Santo.

Cuando realmente améis a mi Hijo os volveréis humildes como Él y con un ardiente deseo de servirle, cueste lo que cueste. Algunas almas llegan al camino espiritual de la perfección a través del tiempo, pero no van a completar este viaje, a menos que depositen toda su confianza en Dios. Si un alma se tambalea en el camino, se le dará la gracia para levantarse por sí mismo y continuar su viaje. Pero si un alma compite con mi Hijo, y se considera digno de desafiar el Verbo hecho carne, entonces él se separará de Dios.

La persona que encuentra a Jesús en esta vida en la tierra y que le sirve fielmente tendrá paz. Será poco en este mundo, lo que la volverá a satisfacer. Si un alma, que ha llegado a intimar con mi Hijo, después se separa de Él, sufrirá un terrible dolor. Habiéndolo conocido y vivido dentro de Su Corazón, este dolor de la separación de mi Hijo es el peor dolor conocido por el hombre.

Cuando vosotros sois tentados a cuestionar las Enseñanzas de Cristo, o cuando sois intimidados a rechazarlo de alguna manera, sabed que nada de este mundo os traerá jamás la paz, el amor o la alegría que viene de Él.

Vuestra amada Madre

Madre de la Salvación