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viernes, 28 de marzo de 2014

Una vez que el alma es creada por Mi Padre, durará por toda la eternidad

Sábado 22 de marzo de 2014 a las 14:00 hrs.


Mi muy querida bienamada hija, la muerte no debe ser temida, si aceptáis Mi muerte en la Cruz. La muerte es solo un momento de transición de este mundo a la Casa del Reino de Mi Padre. Temer la muerte es negar Mi Misericordia, porque Yo salvaré a cada alma que me reconozca y que me pida que le perdone sus pecados.

Una vez que el alma es creada por Mi Padre, durará por toda la eternidad. Contará con la Vida Eterna, si el alma me permite reclamarla. De lo contrario, se perderá a Satanás, si el alma me negara, cuando sabe Quién Soy Yo.

La muerte de un alma en la Tierra es tan natural como el nacimiento. Cuando un alma deja el cuerpo y viene a Mí, será provista con una abundancia de Gracias y se verá acogida dentro de la familia de Mi Padre - Su Reino, que está lleno de  gran amor, alegría y felicidad, lo que nunca puede ser alcanzado en la Tierra. Muchos de vosotros, que habéis experimentado el amor, la alegría y la felicidad en vuestras vidas, solo han paladeado un pequeño bocado de lo que es el sabor de la Vida Eterna. Debéis esforzaros siempre, con alegría en vuestros corazones, por el momento en donde vais a entrar al Reino de Mi Padre, que es para ser bienvenido - no temido.

Si tenéis que afrontar la muerte o si un ser querido tiene que afrontar la muerte, recurrid entonces siempre a Mí, vuestro Jesús, por ayuda. Si lo hacéis, os voy a levantar en espíritu, enjugaré vuestras lágrimas, desterraré todo temor de vuestros corazones cuando recitéis esta oración.

Cruzada de Oración (142) Oración de Preparación para la muerte

Mi amadísimo Jesús, perdona mis pecados. 
Limpia mi alma y prepárame para entrar en Tu Reino. 
Concédeme las Gracias para prepararme para mi unificación Contigo. 
Ayúdame a vencer cualquier miedo. 
Concédeme el coraje para preparar mi mente y mi alma,
de modo que sea yo digno de estar ante Ti.
Te amo. En Ti confío. Me doy a Ti en cuerpo, mente y alma por la eternidad. Haz que Tu voluntad sea la mía y libérame del dolor, dudas o confusión. Amén.
Doy la bienvenida a todas las almas que reciten esta oración, sin excepción. Mi Misericordia se extiende especialmente, a las almas que están afrontando la muerte, pero que no creen en Mí, cuando digan esta oración tres veces al día, en sus últimos días.

Vuestro Jesús