Jueves 27 de febrero de 2014 a las 14:48 hrs.
Hija Mía, hay mucho odio en contra de esta Misión de
Salvación, porque el maligno no quiere perder ni un alma para Dios. Cuando
Dios habla a través de un profeta, crea indignación en el Infierno. Todo
esfuerzo es hecho por el maligno para silenciar la Palabra de Dios, en estas
circunstancias. Él, Satanás, hará todo lo posible para envenenar a las
personas contra cualquier cosa que salve las almas a la humanidad.
Él esparcirá el odio hasta que las almas, que están llenas
de su odio, se vuelvan voluntariamente agentes suyos, hasta que ya no controlen
lo que hacen. Llenos de su indignación, les resultará imposible sentir amor en
sus corazones por aquellos que ellos creen que son sus enemigos. Entonces,
ellos empezarán a odiarse a sí mismos y cuanto más pequen contra Dios, serán
llenados con una angustia terrible. Con el tiempo, cuando el odio de este
tipo se apodere de las almas, no estarán en condiciones de liberarse a sí
mismos de Satanás. Mucha oración se necesita por esas almas. Si un
alma blasfema contra la Palabra de Dios, ellos se enfrentarán a una lucha
contra la bestia, tan feroz, que les va a hacer imposible extraerse a sí mismos
de su poder. Su maldición en contra de Dios se convierte en su maldición y
nada se puede hacer por ellos, en esa etapa.
Las almas que están llenas de odio, no hablan la Palabra de
Dios, porque esto no puede ser. El odio nunca se derramará de los labios
de aquellos que verdaderamente aman a Dios. Nunca deben subestimar el
poder de Satanás, porque él puede atrapar a cualquier alma, no importa lo
buenos que sean. Al principio, él, el malvado, va a ser muy convincente cuando
inunde a la víctima con sus mentiras. Él incluso creará un sentido
espiritual de que soy yo, la Madre de Dios, quien se está comunicando con el
alma. Él usará el amor del alma de Dios para inculcar, dentro de ella, un
sentimiento de indignación contra lo que el alma percibe ser un acto de maldad,
hecho o palabra. Él atrapa las almas que pueden, a veces, ser fieles servidores
de Dios. Pero, una vez que un alma permite que el maligno lo llene con
cualquier forma de odio, a él o a ella le será imposible llegar a ser libre de
él. Sólo la oración y grandes actos de penitencia y humildad, le pueden
alejar. Después de un tiempo, el alma sabrá que hay algo preocupante,
cuando la ira, el malestar, la ansiedad y la completa falta de paz, se apodere
del alma. El maligno no descansará, hasta que el alma, finalmente, se
vuelva contra Dios y blasfeme contra Él.
Hijos, nunca debéis comprometeros con aquellos que ponen
dudas en vuestra alma acerca de la Perfección de Dios. Cuando os
comprometéis con los que maldicen a Dios, os contaminaréis. Al hacer esto,
también estaréis llenos de un odio, que vosotros nunca habéis sentido
antes. A continuación, necesitaréis de una gran ayuda e intervención,
antes de que podáis ser tenidos por dignos de estar en la Presencia de Dios de
nuevo.
No hagáis caso de cualquier forma de odio, porque nunca
podría venir de Dios. Solo hay una fuente de la que evoluciona el odio y
es Satanás. Si os comprometéis con Satanás y con aquellos cuyos corazones él
llene de odio, entonces, este veneno se derramará en vuestra alma. Ignorad
esta situación. Permaneced en silencio. Orad por aquellas almas que odian
a los demás. Vosotros debéis recitar mi Santo Rosario para protegeros de
esta tentación.
Os advierto de estas cosas, ya que el poder de Satanás es
tan fuerte en este momento, en su intento de robar las almas de todas las
personas en todo el mundo que creen en mi Hijo, Jesucristo, y de los que son
leales a mí, Su amada Madre. Por favor prestad atención, en este momento,
recitando esta Oración para protegeros del odio.
Cruzada de Oración (138) Protección contra el odio
Oh, Madre de la Salvación, protégeme de todo tipo de
odio. Ayúdame a permanecer en silencio, cuando sea enfrentado por el
odio. Mantenme fuerte en mi pertenencia a Jesucristo, cuando estoy más
débil. Sella mis labios. Ayúdame a volverle la espalda a los que me
comprometen con palabras, que niegan las Enseñanzas de tu Hijo o de aquellos
que se burlan de mí a causa de mi fe. Ruega por estas almas, querida
Madre, para que puedan renunciar a Satanás y sentir la paz de tu amor y el
Reinado del Espíritu Santo, dentro de sus almas. Amén.
El Amor y solo el Amor viene de Dios. El odio solo
viene de Satanás. No existe nada en medio. Nada. O estáis con mi
Hijo o estáis contra Él.
Vuestra amada Madre
Madre de la Salvación