Domingo 16 de febrero de 2014 a las 15:47 hrs.
Mi queridísima bienamada hija, cuando el odio entra en las
almas, ellas deben luchar con cada núcleo de su ser para erradicarlo. Si no,
entonces devorará al alma en cuestión y continuará a roer en ella hasta que se
la haya comido.
El diablo causa desconfianza, inquietud, confusión, miedo y
entonces no descansará, hasta que el alma que ha escogido, se llene de odio
hacia sí misma y hacia los demás. El odio en el alma crea estragos entre todas
las personas con las que el alma entra en contacto. El alma infestada utilizará
todas las tácticas y trucos para animar a los demás a envolverse con ella,
hasta que la otra alma se infeste también, y así, el patrón continúa. El
odio se propaga como un virus y crece porque envuelve y posee el alma, hasta
que el alma entonces se siente obligada a crear este odio entre los demás. Así
es como se comete el asesinato, a causa de que el hombre siente odio por otros.
El odio es alimentado por mentiras y falsedades, y continúa creciendo hasta que
se hace cargo de tantas almas que solo el mal puede irradiar de él. Nada bueno
puede venir del odio, ya que solo viene de Satanás.
Satanás es un mentiroso y siembra semillas de duda en
aquellas almas que dejan de estar en guardia. Utiliza el pecado del orgullo,
cada vez, para crear odio dentro del alma, contra otra persona. Él crea la
discordia entre los hijos de Dios, quienes, a causa del pecado original, son
débiles y a menos que sean genuinos seguidores Míos y acaten la Palabra de Mi
Padre, ellos serán víctimas de engaño.
Nunca os atreváis a declararos hijos de Dios, por un lado, y
por otro lado partís a otra persona en dos. Nunca digáis que vosotros
estáis llenos del Espíritu Santo, por un lado y decís, por el otro, que otra
alma es un siervo del diablo. Nunca juzguéis a otra persona por lo que vosotros
creáis que es un pecado cuando vosotros, vosotros mismos, habéis desfigurado Mi
Imagen. Nunca os coloquéis a vosotros mismos por encima de Mí y digáis que
sois más sabios que Yo, cuando estáis siguiendo la dirección de Satanás. Aquellos,
con ojos que son el espejo de Mí Mismo, todo lo ven, y deben orar por esas
almas, para que se les dé la Gracia de arrancarse a sí mismos, lejos de las
garras de la bestia.
Mi Camino hacia adelante se está poniendo cada vez más
difícil. Solo aquellos a quienes se les ha concedido valentía, dada a ellos por
el Poder del Espíritu Santo, serán capaces de escalarlo. Tristemente, muchos se
quedarán en el camino, para el deleite del maligno.
Las espinas de esta Misión pueden rasgar vuestra carne y
crueles burlas de odio pueden perforar vuestros corazones, pero Yo Soy Quien va
delante de vosotros y Soy, por lo tanto, Quien toma la peor parte del odio. Recordad
siempre, que los ataques contra esta Misión son los ataques contra Mí. El odio
contra esta Misión, es el odio contra Mí, Jesucristo. No podéis decir que
me amáis de una manera y luego declarar vuestro odio hacia Mí de diferentes
maneras. Vosotros estáis Conmigo o contra Mí. O me creéis, o no me creéis. Si
vosotros creéis en Mí, nunca debéis perseguir a otra alma, porque si lo hacéis,
habréis sido quitados de Mí por Mi enemigo y no tenéis derecho a declarar que
sois Míos.
Vuestro Jesús