Páginas

lunes, 10 de febrero de 2014

Dios el Padre: Yo deseo que aceptéis la Verdad, no con dudas en vuestros corazones, sino con amor y confianza

Martes 04 de febrero de 2014 a las 15:00 hrs.


Mi queridísima hija, hoy es un día especial, por haberme sido dado por fin el regalo de tu completa aceptación de esta Misión.

Cuando Yo toco los corazones de las almas, a las cuales Yo Llamo para que proclamen Mi Palabra, es abrumador para el alma elegida. Mi Presencia impacta, así como también tranquiliza. Causa un tremendo trastorno, y esto, requiere una plena confianza del alma. Es aterrador para todos los que presencian Mi Intervención, ya que requiere gran discernimiento, debido al conflicto de emociones que se crean en el alma.

El alma, al principio, se debilita por la fuerza pura de la Presencia del Espíritu Santo y el cuerpo se siente pesado. Los sentidos se agudizan y el intelecto se apelmaza. Poco después, hay una urgencia natural de preguntarse qué está pasando y las dudas pueden instalarse. Pero la Presencia del Espíritu Santo es impenetrable y así permanecerá hasta que se hace Mi Voluntad, mientras el alma acepta eso que se espera de ella. Luego, el anhelo de claridad, junto con una necesidad de reconfirmación, envuelve al alma. Y mientras ella busca consuelo y valor, la Fuerza del Espíritu Santo no puede ser frenada, parada ni retenida.

La disposición del alma de permitirse a sí misma convertirse en un instrumento del Espíritu Santo, a fin de poder proclamar la Verdad, implica que ella es impotente para influenciar la Palabra, intervenir con ella, o alterarla de alguna manera.

El intelecto humano la combate, de vez en cuando. A la vez que el alma está tranquila por el Espíritu Santo y ya no lo teme más, siempre existe la esperanza para el alma, de que la vida continúe como antes, cuando la Misión se acabe. Pero claro, este no es siempre el caso. Por eso en esta, Mi Misión de reunir a Mis hijos y llevarlos a salvo a Mi Mundo sin fin, no hay fin para esta Misión. Permanecerá en su lugar hasta el último Día. Ahora que tú aceptas ésta realidad y ya no deseas otra alternativa, puedes por fin encontrar paz en tu corazón, hija Mía.

Hijos, es solamente cuando por fin aceptéis Mi Regalo al mundo del Libro de la Verdad que encontraréis paz en vuestros corazones. Es solamente cuando aceptéis que Yo, Dios el Altísimo – Todo lo que Es y Será – comunico al mundo en este momento, que seréis capaces de confiar en Mí plenamente.

Yo deseo que aceptéis la Verdad, no con dudas en vuestros corazones, sino con amor y confianza. Cuando hagáis esto, Yo os inundaré con Mi Paz y Amor. Solo entonces estaréis llenos de alegría y felicidad. Solo entonces seréis libres.

Vuestro Padre
Dios el Altísimo


Leer más: