Domingo 10 de noviembre de 2013 a las 15:00 hrs.
Mi queridísima hija, Mi Deseo es reunir a todos Mis hijos
juntos, muy pronto, para que atestigüen Mi Promesa. Mi Gran Regalo vendrá en
medio de la terrible persecución espiritual, cuando todo lo que Soy sea negado.
Nuevos dioses, ninguno de los cuales existen, serán presentados al mundo.
Cubiertos con una brillante fachada, serán diseñados para detener toda creencia
en Mi Existencia. Toda esta herejía extinguirá la Luz de Dios.
Pronto, las estrellas ya no brillarán con su gran
intensidad. Pronto, nuevas, señales inesperadas, que desafiarán todo
entendimiento humano de la ciencia, serán mostradas por Mí, a un mundo
incrédulo, mientras el comienzo de Mi intervención se revela. Ninguna
evaluación científica tendrá sentido cuando dos soles sean vistos. Ninguna
definición, por el conocimiento limitado del hombre, tendrá sentido. Sin
embargo, ellos tomarán todas las señales, dadas al mundo desde el Cielo, y
dirán que existe esta otra vida humana en el universo.
Yo Soy el Creador de toda vida. Creé al hombre. Creé el
mundo. Nunca neguéis esto, porque cuando lo hacéis seguiréis una doctrina
falsa. Cada intervención del Cielo -y habrá muchas- se justificará. Cuando
veáis estas señales, sabed que el Día de la Segunda Venida está cerca.
Yo les pido, queridos hijos, que nunca me nieguen ni nieguen
Mi Promesa de traer al mundo la paz definitiva y la reconciliación, que es de
ustedes si es que la aceptan en Mis Términos y no en los de ustedes. Mi
Voluntad está a punto de cumplirse por fin. Para que se preparen, voy a
presentar al mundo muchos milagros en los cielos, en el universo y en el
sistema planetario. Cuando sean testigos de estos acontecimientos, quiero que
estén alegres, porque sabrán entonces que estoy anunciando el regreso de Mi
Hijo para completar Su Promesa de salvación eterna.
Limpiad las lágrimas de sus ojos. Sé lo difícil que serán
sus pruebas. Me refiero a todos Mis hijos, incluyendo a creyentes y no
creyentes, así como a aquellos culpables de terrible pecado -ninguno de ustedes
está excluido. Cuando se hayan reconciliado con Mi Hijo, se volverán parte de
Él y van a reinar con Él en el Paraíso, para siempre.
Su Padre Amado
Dios Altísimo