Martes 24 de septiembre de 2013 a las 18:00 hrs.
Mi amadísima hija, qué solitario me siento cuando tantos,
incluyendo aquellos fieles a Mi Santa Palabra, pasan tan poco de su tiempo en
Mi Compañía. Cómo anhelo su atención, aunque solo por un momento en el día.
Tantos me han olvidado y en muchos casos me tienen por seguro. ¿No saben que al
solo hablar Conmigo, por solo un corto tiempo, que derramaré Mis Gracias sobre
ustedes? Aquellos quienes me consuelan al hablar Conmigo - en cualquier forma
que es más fácil para ellos - obtienen una paz interior la cual no se puede
encontrar en cualquier otro lugar en el mundo.
En su búsqueda de placer, comodidad y excitación, sus
arranques de satisfacción son efímeros. Nada, incluyendo los más grandes
tesoros terrenales, los satisfará. Es debido a Mí - Mi Gran Misericordia -
que se les ha sido concedido el tesoro más grande - el regalo de una vida llena
de gran gloria, maravilloso entorno, un hermoso cuerpo perfecto y la habilidad
de sentir un amor permanente, el cual los abrumará, pero les traerá inmensa
felicidad. Esta es la Vida Eterna y el tiempo para que Yo los traiga a Mi Nuevo
Reino en la Tierra está cerca.
Cuando hablen conmigo y me pidan que los prepare para este
gran día, ustedes estarán listos, pero se necesita tiempo para hacer los
cambios los cuales se les requieren para el Gran Día del Señor.
Como una novia y un novio, deben tener todo en su lugar
antes del Día de la Gran Bendición. Deben preparar a su familia, sus amigos,
sus parientes, con suficiente anticipación. Luego en el Día, cuando venga a
presenciar esta Gloriosa Transición, deben estar preparados en cuerpo y alma,
para que sean hechos dignos de entrar al Nuevo Paraíso.
Por cada día que pasan, ocupados con las necesidades de
otros, deben guardar por lo menos diez minutos de ese día expiando por sus
pecados. Esto es muy importante, ya que los amo y les doy la bienvenida. Para
comunicarse Conmigo apropiadamente, deben siempre venir ante Mí primero como un
humilde siervo. Cuando se arrodillan ante Mí o simplemente se comunican
Conmigo en su corazón, siempre comiencen diciendo:
“Jesús perdóname, ya que he pecado”
Después de esto, sentirán Mi Presencia y viviré dentro de su
alma. Cuanto más a menudo se vuelvan a Mí, lo más cerca que estarán.
Pronto, seré como un amigo sin el que no pueden vivir. Entonces se volverán a
Mí por cada pequeña cosa y Yo estaré allí. Siempre me aseguraré de que a
aquellos de ustedes que pasan tiempo en Mi Compañía se les den grandes favores
y Mis bendiciones producirán calma del alma y tranquilidad. Recuerden que
respondo instantáneamente a aquellos quienes me buscan.
Su Jesús