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miércoles, 1 de mayo de 2013

Cada día deben preguntarse – ¿aprobaría Dios mis acciones hoy?

Sábado 27 de abril de 2013 a las 13:20 hrs.


Mi amadísima hija, debo explicar a cada una de las personas vivas hoy en esta Tierra la importancia del tiempo dado a ellas. Nunca he interferido con la voluntad del hombre, ya que este es uno de los mayores dones dados a la humanidad y nunca se puede quitar. Satanás, por el contrario, interfiere con el libre albedrío del hombre y ha buscado incansablemente esclavizar la mente humana y robar su alma, desde el mismo principio.

Por lo tanto, es el libre albedrío el cual es dado al hombre, que será buscado por espíritus malignos. Pero es también a través del libre albedrío del hombre que la cerradura de la puerta a Mi Reino pueda ser abierta. Porque son carne, y por lo tanto mortales, el único tiempo que tienen que prepararse para la vida eterna es ahora. Nunca deben olvidar esto. Deben estar preparados en todo momento, ya que al igual que Mi Padre les dio la vida, así también Él la puede quitar en cualquier momento en cualquier día.

Si fueran a morir ahora, hoy, ¿estarían en condiciones para venir ante Mí? ¿Saben qué faltas y qué actos han cometido y qué odio han mostrado a su prójimo, lo cual será revelado ante Mí? Ustedes deben, con el fin de que les sea dada vida eterna, saber lo que debe hacerse ahora, hoy, para hacerlos limpios a Mis ojos.

A aquellos que aprueban el pecado y lastiman a otros, por un lado y por el otro, luego rezan y llevan vidas, las cuales dicen están dedicadas a Mí, digo esto. Cada hora, Me hieren con su hipocresía. Cada día, su alma se vuelve más distanciada de Mí. Ustedes deben seguir los Diez Mandamientos exactamente como les fueron dados por Mi Padre, de lo contrario, no pueden decir que son de Mí.

Tantas almas no entran al Cielo y muchos deben sufrir la limpieza necesaria para hacerlos aptos para entrar en Mi Reino. Pero muchas más almas son arrojadas a la oscuridad eterna. Tantos se dan cuenta de cómo han ofendido a Dios, a los pocos minutos de su muerte en la Tierra. Cuán asustados y afligidos están entonces. Se dan cuenta de que su tiempo para el arrepentimiento ha pasado y que es demasiado tarde para ellos a esas alturas.

¿Por qué no entienden que la muerte puede ocurrir en cualquier momento? Que deben saber, cuando ofenden a Dios, deben esforzarse por cambiar la forma en la cual se comportan a fin de encontrar paz. Cuando evitan el pecado y continuamente tratan de enmendar la forma en que tratan a otros, solo entonces encontrarán verdadera paz. Cuando están en paz en su alma – lo cual solo puede suceder cuando luchan contra el pecado y muestran remordimiento por sus malas acciones – se acercan más a Dios.

Cada día, deben preguntarse a sí mismos – ¿aprobaría Dios mis acciones hoy? Ustedes sabrán, en su corazón, la respuesta.

Su Jesús