Jesús, en Ti confio

De acuerdo a las indicaciones de Nuestra Amada Madre, la Virgen María, en el mensaje del 01-12-2013, Madre de la Salvación 

Para ver el mensaje completo con las indicaciones de Nuestra Madre para hacer la Novena,  click en imagen

Esta es la oración; Cruzada de Oración (130) 
que debéis decir  cada uno de los siete días, 
(3 veces al día por las mañanas)

Cruzada de Oración (130)
 Novena de Salvación:

Mi amada Madre de la Salvación, por favor obtén para todas las almas, el Don de la Salvación Eterna a través de la Misericordia de tu Hijo, Jesucristo.

Mediante tu intercesión, suplico que tú ores para liberar a todas las almas que están en esclavitud de Satanás.

Por favor, pide a tu Hijo mostrar Misericordia y perdón para aquellas almas, que Lo rechazan, que Lo lastiman con su indiferencia y que adoran la doctrina falsa y dioses falsos.

Te imploramos Madre querida, que pidas por las Gracias para abrir los corazones de las almas que más necesitan de tu ayuda. Amén.


Tarjetita autorizada, para hacer copias y repartir 



miércoles, 3 de abril de 2013

01 abr 2013 Dios Padre: Yo, vuestro amado Padre, finalmente he establecido el día del Aviso. Sólo Yo conozco esta fecha
03.04.2013 01:35
Lunes 01 de abril del 2013  a las 17:22 hrs.


Mi queridísima hija, los Sacrificios hechos por Mí, vuestro amado Padre, en nombre de la humanidad están llegando a su fin.

Cada intento ha sido hecho, debido a Mi Amor Puro por Mis hijos, para salvarlos de la maldad del pecado. En estos momentos, la batalla final para salvar a todos Mis hijos de todos los credos y razas está ahora en las etapas finales.

¿Quién entre vosotros os pondréis de pie por la Verdad, cuando se os ha sido dada por tanto tiempo? ¿Quién entre vosotros aceptaréis Mi Santa Palabra tal como se os presenta en Mi Libro de la Verdad hoy día? Aquellos de vosotros que gritáis a mi profeta, seréis silenciados, para que mis hijos sean capaces de escuchar la dulce Voz de Mi Hijo amado, ya que llama a las almas al refugio seguro, a fin de prepararles para el Nuevo Paraíso en la tierra.

Llamo a todos Mis hijos, los fuertes, los débiles, los vulnerables, los ignorantes y a aquellos que están llenos de orgullo, que piensan que saben la Verdad de las profecías prometidas por Mí a través de los siglos, para responder a este llamado de Mi Reino Celestial.

Yo, vuestro amado Padre, finalmente he establecido el día del Aviso. Sólo Yo conozco esta fecha. Sólo Yo conozco la fecha del Gran Día cuando Mi Hijo regrese para reclamar el Reino que le prometí.

El día del Aviso, dado a vosotros, como un gran Regalo, dividirá a la humanidad en dos mitades. La primera mitad aceptará la gran Misericordia de Mi Hijo. La otra mitad se ocultará y correrá. Ellos creerán que tienen el poder para resistir la intervención de Dios para salvarlos. Lo que ellos no saben es que los perseguiré hasta el último día para salvarlos del horror final, del que ya no hay retorno.

Hijos míos, no me temáis. Es a causa de Mi amor por vosotros que he permitido la persecución final en dónde el mal se dará a conocer de una manera como nunca antes.

Todas las Iglesias Cristianas serán derribadas en espíritu. Algunas serán demolidas. La Iglesia Católica, por encima de todas las demás, es la que más sufrirá, ya que ahora estará contaminada desde su núcleo.

Esta dolencia será despiadada, pero la Iglesia fundada por Mi Hijo en la tierra  sobrevivirá este mal, aunque gran parte de ella estará fuera de Roma, debido a que  la Sede de Pedro ha sido profanada.

Levantáos, todos los que juráis lealtad a Mi Hijo. Permaneced unidos y rezad para que la infestación no devore las almas que han dado su vida a Mi Hijo. ¡Oh, cómo se verán tentados por las nuevas leyes, que ellos creen son dictadas por el Cielo, a través de la Sede de Roma! Cómo tendrán sus corazones de tristeza cuando el desorden entre en erupción. Cómo llorarán cuando aquellos siervos sagrados, en sus cientos de miles de personas, sean excomulgados! Sólo entonces tenderán sus brazos y pedirán a Mi Hijo para guiarlos.

Mi Divinidad cubrirá al mundo y reunirá a todos Mis hijos en el Reino de Mi Hijo. Debéis esperar este llamado y aceptar, con corazones agradecidos, estos regalos dados a vosotros como armas que necesitáis para luchar contra la maldad que cubrirá a la tierra en oscuridad.

Los mansos y humildes de corazón, que me aman a Mí, Su Padre, y aquellos que aceptan la Divinidad de Mi Hijo Unigénito, Jesucristo, serán reunidos primero. Ellos, cuyos nombres están en el Libro de la Verdad, serán llamados y reinarán como guías, junto con los santos, entre las doce tribus de Israel.

Aquellos de vosotros con almas tibias, serán entonces iluminados, y vuestra carga será más pesada. Será a través de vuestras oraciones que los otros  -los que se esconden de Mí-  serán llevados bajo el techo de Mi Protección.

La bestia, que se acobarda ante Mí, no ganará tan fácilmente las almas de esos hijos Míos. Todo acto de Misericordia, todo milagro y toda intervención estarán aprobados por Mí para el bien de Mis hijos.

Aquellos que se interpongan entre Mí y Mis hijos sufrirán un terrible castigo. Aunque  amo a todos Mis hijos, no vacilaré en parar a aquellos que están de por medio, quienes, si Yo se los permitiera, se llevarían Mi Reino, el cual Yo llenaré con toda Mi Familia.

Tengan cuidado de Mi ira. Porque aunque está retenida y Mi paciencia es grande,  lanzaré sobre la tierra una gran aflicción, aunque eso signifique destruir gran parte de ella. Como una enfermedad, que devora el cuerpo humano, así también los actos malvados del hombre contra su hermano, destruirán las células sanas. Si esta enfermedad no es detenida, y si no corto y arrojo, la carne enferma, no puedo hacer que el cuerpo este sano de nuevo.

Solo el cuerpo entero, sano de la iglesia de Mi Hijo en la tierra, será el que puede venir a la puerta de Mi Nuevo Reino en la Tierra. Aquellos que se han alejado de la tentación de rechazar a Mi Hijo, encontrarán más fácil hacerse dignos para unirse como Un solo Cuerpo, en unión con Mi Hijo. A ellos se les dará la vida eterna y ya no habrá más sufrimiento.

Vuestro amado Padre
Dios el Altísimo