Sábado 4 de agosto de 2012 a las 10:35 hrs.
Mi muy querida bienamada hija, la humanidad debe entender la
debilidad de la naturaleza humana antes de que ellos mismos se puedan
verdaderamente encomendar a los Brazos de Dios.
A aquellos fieles de entre vosotros, vuestra fe y amor por
Mí, vuestro Salvador, me trae gran alegría.
Pero cuando decís que me amáis, esto trae consigo una gran
responsabilidad.
Nunca olvidéis la debilidad en vuestra naturaleza, aunque no
por propia culpa, ya que nacísteis con el pecado original, lo que puede
cusaros/haceros que pequen cuando menos os lo esperáis.
Cuando las almas de aquellos que dicen que me aman, alcanzan
un nivel en donde son consumidos con amor por Mí, aqui es cuando tienen que
tener cuidado. Algunas veces esto los hace sentir elevados ante Mis Ojos, lo
cual es verdad porque lo están.
Pero luego viene la tentación de ver a otros en una menos
que halagadora luz.
Ellos pueden ser tentados a, no solo sentir compasión por
aquellas pobres almas que están en oscuridad o confundidas, sino a
menospreciarlas.
Algunas veces su fuerte fe y conocimiento de las Escrituras
les da una falsa sensación de seguridad.
Ellos creen que lo saben todo acerca de las Enseñanzas de la
Iglesia, de Mi Iglesia, Mi Cuerpo en la Tierra.
Esto es lo que les sucedió a los Fariseos.
Ellos pensaron que lo sabían todo acerca de las Leyes de
Dios - El Amor de Dios.
Lo que ellos no lograron entender fueron las profecías,
predichas tan claramente, acerca de la venida del Mesías. Esto significó que
rechazaran al Cristo, el Hijo del Dios Vivo, cuando Él vino como prometido.
La crueldad que ellos mostraron a Mí, Jesucristo, el Hijo
del Hombre, estuvo en completa contradicción al amor que ellos afirmaban tener
por Dios.
Si ellos verdaderamente amaban a Dios, nunca hubieran
tratado a ningún hijo de Dios como lo hicieron.
Sus mentes estaban cerradas a las profecías dadas al mundo a
través de los profetas, las cuales proclamaban la Verdad.
La Verdad es que todas las profecías serán cumplidas, según
lo prometido por Dios.
Ellos rechazaron al Mesías, prometido para proporcionar la
salvación futura a la humanidad entera.
Sucesivamente, por sus mentiras, cuando ellos
deliberadamente sobornaron a mentirosos para que negaran Mi Resurrección, los
Fariseos negaron a generaciones de Judíos el derecho a la Verdad.
Mi muerte en la Cruz no fue suficiente para ellos. Querían
asegurarse de que no existiera ningún rastro de Mí, el Redentor del mundo,
posteriormente.
Ellos luego regresaron y guiaron a los hijos de Dios hacia
una falsa fe en la que la Verdad se convirtió en una mentira.
Recordad que las profecías de Dios siempre se cumplen.
Mi Segunda Venida está ahora a punto de ser cumplida. Esta
vez los líderes de las iglesias Cristianas me negarán, como lo hicieron los
Fariseos.
Me atormentarán, a Mis profetas, a Mi pueblo y a cualquiera
que se atreva a difundir la Verdad de Mi Venida.
No me neguéis/rechacéis esta vez.
Abrid vuestros corazones.
Escuchadme cuidadosamente, conforme os preparo para el
último capítulo de la salvación del mundo.
Vuestro Jesús
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