Sábado 27 de Julio de 2013 a las 19:22 hrs.
Mi amadísima hija, es Mi Deseo que todos Mis queridos
seguidores recen mucho para desviar el daño a las almas, a causa del
crecimiento del ateísmo. El ateísmo no siempre se declara a sí mismo. Muy a
menudo, las personas que han decidido, por cualquier razón, ya no creer en
Dios, crean un sustituto.
Debido a la constitución del hombre, él debe buscar una
causa para justificar su existencia. La maldición del humanismo es que exalta
al hombre a los ojos del hombre. Todo lo que debe hacerse, según el humanista,
es asegurar que las necesidades del hombre vienen primero. Mucha gente confunde
el humanismo con el cristianismo. Cuando uno proclama la importancia de los
bienes mundanos en la vida del hombre, cueste lo que cueste, a fin de evitar
sufrimiento o pobreza, es fácil suponer
que esta es una forma de amor por su prójimo.
Si decís que queréis poner fin a la pobreza, el desempleo y
otras miserias, muchos pensarán que estáis hablando en Nombre de Dios. Mirad
detrás de la máscara del humanismo y no encontraréis señales* de Dios, ni
oiréis Su Nombre mencionado. Aquellos que viven sus vidas como humanistas no
aman a Dios. Solo se aman a sí mismos. También creen que todo lo que importa es
el bienestar – generalmente bajo la forma de cosas mundanas – de la humanidad,
como un medio para un fin.
Mientras que puede parecer caritativo, ser visto que os
preocupáis por las necesidades del hombre, nunca podéis sustituir a Dios, al
colocar las necesidades del hombre primero. Cuando hacéis esto, insultáis a
Dios. El humanismo, mientras que tiene todos los signos exteriores de amor por
Dios, no es lo que parece. Detrás de la máscara de amor se esconde un amor a sí
mismo. El hombre morirá, su cuerpo se convertirá en polvo, su alma perdurará,
sin embargo, el humanismo os ha hecho creer que el hombre es inmortal.
Tened cuidado cuando acojáis el humanismo, porque cuando lo
hacéis, vosotros os aisláis de Mí.
Vuestro Jesús
* señales= indicios / huellas / rastros
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