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martes, 24 de julio de 2018

Madre de la Salvación: Lo que presencié nunca se podría poner en papel, tan viles fueron las crueldades infligidas sobre Su Divino Cuerpo


Lunes 1o de julio de 2013 a las 16:43 hrs.

Hija mía, cuando sufres por mi Hijo, está bien llorar de dolor, porque solo eres humana después de todo. Cuando presencié la flagelación de mi Hijo y luego Su espantosa Crucifixión, estaba fuera de mí del dolor*. Y mientras observé Su lastimero Cuerpo soportar lo que ningún animal sería capaz de tolerar en un matadero, me desmayé tantas veces del impacto que apenas podía estar de pie.

Cómo Él sufrió, nadie jamás lo sabrá, porque lo que presencié, nunca se podría poner en papel, tan viles fueron las crueldades infligidas sobre Su Divino Cuerpo. Es por esto que tan poca descripción es dada de los insultos degradantes que infligieron sobre Él, porque sería tan impactante que esto profanaría Su Santo Nombre al escribirlo.

Tú, hija mía, sufres, pero una fracción tan pequeña de Su dolor. Debes saber que mientras estás en dolor físico, mi Hijo solo permite que Su sufrimiento se manifieste en aquellos que Él elige. Cuando Él hace esto, ello lo ayuda a desafiar, derrotar y destruir el poder del mal, a través de la ofrenda de tu libre albedrío a mi Precioso Hijo. Al hacer esto, consagras tu alma, así como tu cuerpo y esta es una ofrenda muy especial para Él - una ofrenda, la cual le permite salvar a otros.

Así es que por favor comprende que cuando mi Hijo aumenta tu sufrimiento y cuando Él verdaderamente sufre dentro de ti, que esta es una Gracia, la cual no debes rechazar. Acógela. Comprenderás pronto cuán poderoso es esto. Cuando mi Hijo manifiesta Sus Heridas dentro del cuerpo de un alma elegida, trae consigo una terrible persecución. Esto es cuando el maligno ataca con una rabia grave y violenta. Estarás asustada al principio, pero ahora que comprendes, aceptarás esto y simplemente te protegerás a ti misma a través de la recitación, al menos tres veces al día, de mi Santísimo Rosario.

Mi niña, por favor asegúrate que no permitas que el miedo te aleje de esta Obra, porque eso es lo que el maligno quiere. Debes ponerte de pie, soportar y permanecer en silencio, cuando el odio aumente en contra de ti.

Estas pruebas han de ser esperadas en una Misión de este tamaño. Estate en paz y sabe que todos los ángeles y santos están contigo y te guían.

Tu amada Madre

Madre de Dios

Madre de la Salvación

* por el dolor     


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