Martes 15 de julio de 2014 a las 18:00 hrs.
Mi muy querida bienamada hija, el mundo me ha abandonado,
como fue predicho, y la mayor traición sobre Mi Cuerpo ha sido infligida.
Mi Palabra está siendo desgarrada en pedazos y muchos de los
que dicen que son maduros en Mis Enseñanzas estarán ajenos(no estarán
conscientes) de la persecución, que será infligida sobre Mi Iglesia. Tal como
Yo fui maldecido, durante Mi Crucifixión, por aquellos quienes orgullosamente
se jactaban(presumían) de su sabiduría suprema en Mis Caminos, así seré
denunciado en esta, Mi segunda vez para venir a reclamar Mi Reino.
Almas ingratas, desprovistas de sencillez o humildad, nunca
aceptarán la voz de los que ellos consideran que son indignos de pronunciar la
Verdad. Ellos nunca aceptarán la Verdad, porque cuando aceptan falsedades en Mi
Nombre, no habrá espacio en sus corazones para que el Espíritu de Dios
inunde(llene) sus almas. En lugar de preparar a la humanidad para Mi Gran
Misericordia – el Día que prometí al
mundo – ellos volverán la espalda. Ellos no reconocerán las Señales Divinas
enviadas para abrir sus corazones en preparación para Mí, debido a sus orgullosos y endurecidos corazones. Ellos
también harán todo lo que puedan para poner fin a que la Palabra de Dios llegue
a todos los pecadores del mundo y por eso Yo nunca dejaré que ellos olviden
esto.
Quien me pierda un alma, pierde la suya. El quien obstruya
Mi Camino no tendrá a donde regresar(a quién acudir). El que jura en contra de
la Voluntad de Dios será maldecido. ¿Qué habéis aprendido realmente de Mí si no
podéis recordar la Verdad de Mi Promesa de venir otra vez? Mi Reino vendrá
sobre la Tierra como lo es en el Cielo y aquellos que no han logrado comprender
lo que dije se quedarán sin enterarse. Ellos habrán desperdiciado las Gracias
que envío ahora y ellos mismos se atrincheran(se ponen barricadas) en una
prisión de tanta oscuridad que serán cegados por Mi Luz en el Gran Día.
Mi Tiempo está pronto y no es mucho lo que puedo hacer para
prepararos. Mi Amor sigue siendo tan grande como Misericordioso, pero también
os debéis ayudar así mismos, porque no es fácil haceros dignos de Mi Promesa de
Salvación.
Vuestro Jesús
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