Miércoles 9 de abril de 2014 a las15:30 hrs.
Mi querida niña, cuando Judas Iscariote traicionó a mi Hijo,
Jesucristo, tuvo consecuencias de gran alcance. Porque él era uno de los
aliados más cercanos de mi Hijo, y como miembro de Sus preciados/valiosos
apóstoles, su traición fue muy dolorosa para mi Hijo. Porque él, un traidor,
vino desde el interior del dominio de mi Hijo, esto significó que las dudas
entraron entre los que estaban inseguros de que si mi Hijo era o no era, en
realidad, el Verdadero Mesías. Las dudas se esparcieron y muchos de Sus
apóstoles y seguidores se sintieron confundidos, perdidos y con miedo. Ellos
sabían que una vez que Él fuera capturado por Sus enemigos, la Verdad sería
puesta en duda y luego negada. También sabían que, si defendían a mi Hijo
públicamente, también ellos sufrirían y pudieran haber terminado teniendo que
soportar el mismo castigo impuesto a Él. Ellos también sabían que no habrían
tenido el valor de pararse desafiantemente contra Sus enemigos, por miedo al
ridículo.
Por lo tanto, la traición a mi Hijo, desde el interior de Su
Iglesia en la Tierra será lo mismo. Mi Hijo va a ser traicionado por otro
Judas, y uno con gran autoridad, desde el interior de Su Iglesia en la Tierra.
Cuando esta, la segunda mayor traición desde que Judas Iscariote vendió a mi
Hijo por treinta monedas de plata, se lleve a cabo, hará que la gente de toda
raza, nación y fe cristiana, duden de la Verdad. Esta traición también tendrá
consecuencias de gran alcance, porque va a poner en duda cada uno de los
aspectos de la Divinidad de mi Hijo. Cuando esto suceda, la Verdad colapsará.
En su lugar, un cadáver será levantado, podrido hasta la médula, sin ninguna
señal de vida. Una doctrina muerta resucitará y será vestida con todos los
falsos atributos asociados con mi Hijo, pero no dará ningún fruto. Sin embargo,
parecerá como una nueva conversión.
La verdadera conversión viene del amor que tiene la gente
por Dios, impulsados por el Don del Espíritu Santo y por su propia voluntad.
Esta nueva doctrina será presentada con engaños sobre el mundo, sin vuestra
libre voluntad. Rechazadla y seréis castigados por los enemigos de Mi Hijo.
Aquellos que traicionen a mi Hijo en los últimos días no
tendrán vida. Aquellos que no lo
traicionen, vivirán por siempre en la Gloria de Dios.
Vuestra amada Madre,
Madre de la Salvación
Leer más: