Domingo 4 de enero de 2015 a las 16:00 hrs.
Mi muy querida bienamada hija, si un hombre que no cree en
Mí o en Mi Palabra, y al que se le está dando el don de discernimiento, viene a
Mí y pide Mi Ayuda y Mi Misericordia, voy a redimirlo y a darle la salvación.
Si un hombre que me conoce pero me traiciona, entonces viene a Mí, y trata de
defender sus acciones, Yo lo desecharé/rechazaré porque ha cometido
el peor pecado.
Mis mayores enemigos son aquellos que han sido bendecidos
con la Verdad, pero cuyo orgullo les hace creer que ellos tienen el privilegio
de actuar en Mi Nombre. Fui traicionado por uno de los Míos cuando anduve/caminé en
la tierra, no por aquellos que no me conocían. Esto mismo siempre será así,
hasta el momento del Gran Día.
Aquellos que ante Mí se exaltan, pero hablan mal de los demás
serán apartados de Mí. Aquellos que están apartados de Mí porque me rechazan,
pero que finalmente recurren/se vuelven a Mí, se salvarán primero. Tened
cuidado cuando proclamáis que sois Míos, porque el hombre sabio me amará
sin importar las gracias que recibe. Él nunca presumirá de su santidad,
su vida devota o de su entendimiento/conocimiento de Mi Palabra. El
orgullo es la caída de los que creen que su conocimiento acerca de Mí es
superior/mayor al de los demás. Son los que vienen a Mí como pequeños a
los que Yo acercaré/arrimaré a Mi Sagrado Corazón. Estas son las almas que
me aman incondicionalmente y quienes no sienten necesidad de exhibir/presumir su
amor por Mí, para que los demás los admiren y los respeten. Es el hombre que
deja todo en Mis Manos, cuando dice la Verdad, quien me trae las almas que
deseo, no el hombre que siente que merece grandes elogios por hacer eso.
El maligno gana entrada en las almas de aquellos cuya
opinión sobre su propia grandeza, a Mis ojos, supere/sobrepase todo amor
que puedan tener por Mí. Él(el maligno) entonces utiliza a estas almas
para que con su astucia, propaguen falsedades en Mi Nombre. El pecado del
orgullo es la principal causa de todo pecado concebible(imaginable) contra
Mí. Debéis esforzaros siempre para luchar contra la tentación de traicionarme
cuando creáis que algún conocimiento sobre Mi Santa Palabra os da la autoridad
para expresar vuestra opinión respecto a cómo trabaja Dios, en Su Plan de
Salvación. Sólo Él, Quien está por encima de todo, tiene el derecho de hacer
esto. Todas las almas deben doblar la rodilla ante Él y no dar zancadas* anticipadas
para hacer lo que ellos creen es Su Santa Voluntad, si esto significa insultar
a alguna alma viviente en Su Santo Nombre.
Escuchad atentamente lo que Yo os digo ahora. Si habéis
traicionado Mi Palabra, o la Verdad, debéis pedirme que os libre de vuestras
iniquidades porque no os será dado el tiempo que pensáis para buscar consuelo
en Mi Divina Misericordia.
Vuestro Jesús
zancadas* = dar pasos agigantados/ caminar con pasos largos