Mis queridos hijos, en los momentos de tristeza y angustia
debéis llamarme siempre, a vuestra Madre, para ayudar a aliviar vuestras
preocupaciones, no importa cuan difícil sean vuestras situaciones.
Recordad que cuando me presento a mi Hijo con vuestra
petición especial, si se trata de una petición en favor de la salvación de
vuestra alma, o la de alguien más, Él siempre responderá a mis súplicas. Si se
trata para pedir una bendición especial o curación entonces siempre voy a
intervenir a vuestro favor. Ni una sola solicitud será ignorada y si es la
Voluntad de Dios, se contestarán vuestras oraciones. No hay ni una sola alma en
la Tierra que no pueda pedir la ayuda de mi Hijo, si ellos ruegan a Él por su
salvación.
Mi Hijo va a hacer concesiones especiales para cada alma por
la que vosotros pidáis. Su Misericordia es grande, Su Amor insondable. Nunca
temás para acercaros a Él para pedirle Su Misericordia. La oración, mis queridos
hijos, es un medio muy poderoso por el cuál se gana/obtiene la
Misericordia de Dios. Ni una sola oración es jamás ignorada. Pero, si vosotros
no pedís, entonces ¿cómo puede mi Hijo auxiliaros?
Orad, orad, orad con vuestras propias palabras, porque Dios
nunca dejará de responderos.
Vuestra amada Madre
Madre de la Salvación
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