Lunes 17 de noviembre de 2014 a las 19:20 hrs.
Mis queridos hijos, para la gran mayoría de las personas, la
oración no es fácil. Para aquellos de poca fe, puede ser una tarea difícil
y muchos no comprenden el significado de la oración o por qué es importante.
Cuando estáis en una relación amorosa con otra persona, es
importante hablar entre vosotros. Sin comunicación, la relación va a la
deriva hasta que finalmente la relación morirá. Lo mismo ocurre cuando se
comunica con Dios. Puede que vosotros no lo veais, no lo toquéis o
no lo sintáis, pero cuando habláis con Él, Él responderá. Tal es el
Misterio de la Divinidad de Dios. Con el tiempo, los que hablan a Dios,
por medio de Su amado Hijo, Jesucristo, forjarán un fuerte vínculo.
Hijos, cuando llamáis a mi Hijo, con vuestras propias
palabras, Él escucha cada grito de angustia y cada petición hecha a Él. A
medida que continuáis hablando con mi Hijo, a vuestra manera, después de un rato/tiempo
sabréis que Él os escucha. Aquellas almas que claman por Misericordia, ya
sea para sus propias almas o para la salvación de los demás, siempre recibirán
Regalos especiales del Cielo.
La oración no es complicada. Es tan simple como llamar
a alguien a quien amáis. Y cuando vosotros amáis a otro, podéis estar
seguros de que Dios está presente porque Él es Amor. Cuando amáis a
alguien de verdad, siempre hay confianza en vuestro corazón. Si vosotros
amáis a mi Hijo, debéis confiar en Él. Si confiáis en Él, entonces sabed
que Él siempre os esperará con amor y ternura. Se regocija cuando vosotros
lo llamáis, porque Él hará cualquier cosa para entregaros Su paz y
consuelo.
Nunca tenéis que estar reacios(de mala gana) para
hablar con mi Hijo, durante la oración. Él anhela vuestra compañía y
pronto vosotros no tendréis duda en cuanto a Su Existencia. Cuanto más
oréis, más fuerte será vuestra relación con Dios. Aquellos
bienaventurados/bendecidos con un amor tan profundo y permanente por mi
Hijo, tendrán una paz inculcada dentro de sus corazones que ningún sufrimiento
en esta tierra, puede desestabilizar.
Rezad todos los días. Hablad con mi Hijo durante
vuestras tareas diarias/quehaceres. Recurrid a mí para que os acerque más
a mi Hijo. Y, cuando queráis amarlo más, voy a pedirle que os
Bendiga. Amar a Dios con una intensa profundidad es un Regalo de Dios y es
sólo a través de la oración regular que vais a lograrlo.
Vuestra amada Madre
Madre de la Salvación