Martes 9 de septiembre de 2014 a las 17:00 hrs.
Mi muy querida bienamada hija, Mi Corazón palpita con gran
tristeza en este momento. Hay aquellos entre vosotros, que habiendo
abrazado Mi Palabra, dada a través de estos santos Mensajes, debido a Mi Amor y
Compasión, me han traicionado de la manera más cruel. Esta traición no es
diferente a la que me fue infligida durante Mi Tiempo en la tierra.
Las semillas de la duda están siendo implantadas en otros
por aquellos que han sido inducidos en el error, debido a las mentiras y el
odio que el maligno ha puesto en sus corazones. Él, que Me odia,
continuará incitando al odio contra Mí infestando a algunos de los involucrados
con esta, y otras misiones del Cielo, para salvar almas. Él mentirá y esparcirá
calumnias a Mis elegidos, para poder llevar a las almas lejos de
Mí. Aquellos que me den la espalda, sabed que vuestra traición parte en
dos Mi Corazón. Sabed que lo que hacéis en contra Mía es de vuestra propia
responsabilidad, porque vuestro libre albedrío es propiedad vuestra. Pero
cuando vosotros usáis vuestra influencia para llevar almas lejos de Mí, Yo os
haré personalmente responsables de todas y cada alma que encamináis para
llevarlas lejos de Mi Gran Misericordia. ¡Ay, del hombre que incita al
odio contra Mí, Jesucristo, cuando Mi único deseo es tomar, Conmigo, a cada
hijo de Dios.
Vengo para envolver almas en Mi Misericordia y si creáis
obstáculos, difundís mentiras y hacéis que otros desprecien a Mis profetas,
entonces os castigaré severamente, porque este es uno de los más grandes
pecados contra Dios. Cuando deliberadamente intentáis interferir con Mi
Plan de Salvación, Yo os llamaré ante Mí en el último día, y tendréis que
rendir cuentas por el pecado de privarme de esas almas que se han perdido, para
ser del maligno, a causa de vuestras acciones. Y, cuando declaréis que la
Palabra de Dios viene del espíritu del mal, Yo nunca os perdonaré por esta
maldad. Silencio. No cometáis esta grave ofensa contra Dios. Si
ya no aceptáis Mi Misión, entonces alejáos con dignidad y no pronunciéis una
palabra. Vuestro silencio os salvará. Si pronunciáis maldad contra
Mí, yo os echaré al desierto y nunca seréis parte de Mi Reino.
Mi corazón está roto, pero Mi Resolución no lo está. No
temáis vuestro error, sino la ira de Dios, porque aquellos que maldicen a Mis
Profetas, a Mí me maldicen.
Jesucristo
El Hijo del Hombre