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viernes, 19 de septiembre de 2014

Los que maldicen a Mis Profetas, a Mí me maldicen

Martes 9 de septiembre de 2014 a las 17:00 hrs.


Mi muy querida bienamada hija, Mi Corazón palpita con gran tristeza en este momento. Hay aquellos entre vosotros, que habiendo abrazado Mi Palabra, dada a través de estos santos Mensajes, debido a Mi Amor y Compasión, me han traicionado de la manera más cruel. Esta traición no es diferente a la que me fue infligida durante Mi Tiempo en la tierra.

Las semillas de la duda están siendo implantadas en otros por aquellos que han sido inducidos en el error, debido a las mentiras y el odio que el maligno ha puesto en sus corazones. Él, que Me odia, continuará incitando al odio contra Mí infestando a algunos de los involucrados con esta, y otras misiones del Cielo, para salvar almas. Él mentirá y esparcirá calumnias a Mis elegidos, para poder llevar a las almas lejos de Mí. Aquellos que me den la espalda, sabed que vuestra traición parte en dos Mi Corazón. Sabed que lo que hacéis en contra Mía es de vuestra propia responsabilidad, porque vuestro libre albedrío es propiedad vuestra. Pero cuando vosotros usáis vuestra influencia para llevar almas lejos de Mí, Yo os haré personalmente responsables de todas y cada alma que encamináis para llevarlas lejos de Mi Gran Misericordia. ¡Ay, del hombre que incita al odio contra Mí, Jesucristo, cuando Mi único deseo es tomar, Conmigo, a cada hijo de Dios.

Vengo para envolver almas en Mi Misericordia y si creáis obstáculos, difundís mentiras y hacéis que otros desprecien a Mis profetas, entonces os castigaré severamente, porque este es uno de los más grandes pecados contra Dios. Cuando deliberadamente intentáis interferir con Mi Plan de Salvación, Yo os llamaré ante Mí en el último día, y tendréis que rendir cuentas por el pecado de privarme de esas almas que se han perdido, para ser del maligno, a causa de vuestras acciones. Y, cuando declaréis que la Palabra de Dios viene del espíritu del mal, Yo nunca os perdonaré por esta maldad. Silencio. No cometáis esta grave ofensa contra Dios. Si ya no aceptáis Mi Misión, entonces alejáos con dignidad y no pronunciéis una palabra. Vuestro silencio os salvará. Si pronunciáis maldad contra Mí, yo os echaré al desierto y nunca seréis parte de Mi Reino.

Mi corazón está roto, pero Mi Resolución no lo está. No temáis vuestro error, sino la ira de Dios, porque aquellos que maldicen a Mis Profetas, a Mí me maldicen.
Jesucristo

El Hijo del Hombre