Mi muy querida bienamada hija, venid, todos vosotros los que
Me amáis, y traedme vuestro amor, porque Estoy muy necesitado de consuelo. Yo
Soy vuestro Jesús, el Hijo del hombre, Salvador del mundo, y sin embargo,
lloro. Cada Gracia legada al hombre me es lanzada de vuelta por las almas
ingratas. Mi generoso corazón está abierto, así puedo atraer a todos
vosotros hacia Mí, pero os dáis la vuelta. Incluso aquellos de vosotros
que sí me amáis, no me dáis de vuestro tiempo. En lugar de hablarme,
habláis entre sí sobre Mí. Demasiada charla sobre el Misterio de los
Planes de Dios y lo que está por venir puede causar distracción y confusión. El
exceso de análisis y el así llamado debate inteligente os lleva lejos
de Mí.
Vosotros no tenéis que entender los Caminos de Dios -
simplemente debéis aceptarlos. Nunca os he pedido entender el Misterio de
Mi Divinidad, porque las almas que verdaderamente me aman, me amarán por Quien
Soy Yo y no por lo que traigo. No van a buscar gloria para sí
mismos. No van a desarrollar su espiritualidad para simplemente hacerse un
hueco en mi Reino. Nunca van a utilizar el conocimiento que tienen de Mí
de una manera jactanciosa para ganar puntos. Las almas que residirán
dentro de Mí son las almas que no piden nada, sólo aquello que piden para el
bien de su propia alma y la de los demás.
Cuando vosotros digáis que me representan, no habléis ni
gritéis de lo mucho que decís conocerme. Simplemente tenéis que mostrar
amor a los demás y seguir Mis Enseñanzas con un alma que esté vacía de orgullo.
Por consiguiente, si sois verdaderamente Míos, vais a dedicar menos tiempo
tratando de definir lo que os he dicho, lo que os he enseñado y lo que
prometí. Os pido que vengáis a Mí y dediquéis más tiempo Conmigo en
silenciosa contemplación. Cuando hagáis esto, Yo me revelaré a vosotros
con más claridad y sabréis en vuestros corazones lo que realmente significa
estar a Mi servicio realmente.
Vuestro Jesús