(todavía está en su publicación
preliminar)
Martes 17 de junio de 2014 a las
22:23 hrs.
Mi muy querida bienamada
hija, Mi Ejército Remanente se ha reunido en gran número y se dispersa en
todas las partes del mundo. Los Míos me conocen y por el Poder del
Espíritu Santo, me he hecho conocer a través del Poder de Mis Palabras
contenidas en estos Sagrados Mensajes.
Mi Palabra acercará a aquellos ya
bendecidos con el Espíritu Santo a Mí, rápidamente. Para estas almas no
hay dudas. El Espíritu Santo, a través de Mis Palabras, acerca a los más
reacios y si bien pueden estar seguros de que, de hecho, Yo, Jesucristo, es
Quien les invita a responder a Mi Llamado, ellos vendrán hacia Mí con
cautela. Con el tiempo, ellos me van a abrazar totalmente. Luego
están los que creen en Mí, pero que no aceptan que Yo los estoy
llamando. Ellos también, con el tiempo, van a responder a Mi
Llamada. Pero ¿cuál es Mi Llamada? ¿Es para simplemente
demostrarles lo que Yo valgo? No, pues eso no es necesario. Mi
Llamada es para reuniros para prepararos, para que todos los Cristianos me
ayuden en Mi misión para salvar a la humanidad. Es a través de Mis amados
discípulos que puedo hacer que mucho suceda.
Mi Misión es salvar almas y Yo
voy a hacer esto mediante el uso del libre albedrío del hombre. La
Voluntad de Dios es dar vida, y traer a todos los hijos de Dios bajo Su
protección. Por la Divina Voluntad de Dios, todas las almas pueden
ser salvadas, pero el camino a la Salvación Eterna (yace)está en el libre
albedrío, dado al hombre, por Dios. Será a través de su libre albedrío que
cada uno de vosotros vais a elegir vuestro futuro. Vosotros no seréis
obligados a aceptar la Misericordia de Dios, pero se os pedirá que me
sigáis. Nunca os ordenaré hacer esto, porque es vuestro derecho - el
derecho a vuestro libre albedrío - para que vosotros podáis decidir por vosoros
mismos lo que queréis hacer.
Algunos hombres elegirán
sabiamente, porque sabrán lo que ofrezco, el camino de la Verdad - el Camino a
la Vida Eterna. Algunas personas elegirán imprudentemente y seguirán el
camino equivocado. Lo harán porque no habrán logrado comprender la Verdad,
la Palabra de Dios. Ellos han permitido que el encanto de las grandes
atracciones materiales, concupiscencias y placeres los haga oscilar lejos de
Mí. Ellos no creen en la vida después de la muerte y no sienten ningún
remordimiento por los pecados que cometen en el cumplimiento de sus propios deseos
egoístas. Sin embargo, si se les demuestra la Verdad y son animados por
los demás a escuchar la Palabra de Dios y Mi Promesa para el futuro, pueden
cambiar. Ellos pueden, a través del Don de la Conversión, residir en Mi
Reino.
Mi Llamada, por lo tanto, es animar
a todas las almas a buscar la Verdad. A través de su libre albedrío - y
tiene que ser por su propia elección -. ellos me permitirán a Mí, su amado
Jesús, a salvarlos. Llamo a todos los Cristianos ahora para tomar su
armadura y marchar hacia adelante para ayudarme para recoger a aquellas almas
que se encuentran dispersas y perdidas. A través de vuestra ayuda, puedo
animar a todas las almas de todos los credos, razas y colores a venir a
Mí. Cuando lleguéis a ellos, Yo os cubriré con los grandes Dones del
Espíritu Santo, de modo que vosotros podáis tener éxito y traerme las almas
perdidas a quienes Yo añoro a cada segundo.
La Voluntad de Dios es salvar a
todos. Pero es por el libre albedrío del hombre, que elige venir dentro de
Mis Brazos, por su propia y libre elección, que la Divina Voluntad de Dios se
cumplirá como debiera ser. Id, todos vosotros, y enseñad la Verdad de los
Santos Evangelios. El mundo está escaso de la Verdad de Mi
Palabra. Mi Palabra ya no se enseña en la manera que debiera ser. A
las personas se les debe dar la Verdad - que es lo por lo que Yo he dado Mi
Vida. Sin acceso a la Verdad - Mi Santa Palabra – vosotros no podéis
elegir el camino correcto para la Eterna Salvación.
Es por eso que Yo vengo ahora,
para traeros la Verdad. Para haceros recapacitar, para que estéis
preparados, listos y esperando el Gran Día sin miedo, angustia o preocupación
en vuestros corazones. Cuando me acepteis y confíéis en Mí plenamente,
estaréis en paz.
Vuestro Jesús
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