Lunes 03 de marzo de 2014 a las 23:37 hrs.
Mi querida bienamada hija, piensa en Mí, con amor en tu
corazón, porque es solo a través del Amor que Yo me comunico con el mundo, a
través del Libro de la Verdad.
Bajo las órdenes de Mi Padre, Yo reúno a todos Sus preciosos
hijos, como uno solo con Él y en Él. Es el Amor, lo que permite esta Divina
Intervención. Mi Padre sufre Dolor, Furia, Impaciencia y Frustración, a
causa de la mancha del pecado, el cual corroe el alma de cada uno de Sus hijos.
Pero es Su infinito Amor por todos vosotros, lo que mantiene la Luz de
Dios resplandeciente en la Tierra.
Sin esta Luz, solo habría tinieblas, no solo del espíritu,
sino en la misma Tierra. La luz del día no existiría. El sol no brillaría, ni
la luna brillaría de noche. Las estrellas desaparecerían. Sin embargo, todos
estos Regalos permanecen en su sitio gracias al Amor de Dios. Cuando este
Amor es recíproco, le trae gran alegría a Mi Padre, porque Él sabe que una vez
que el espíritu del amor está presente en las almas, este puede sobreponerse a
las tinieblas del alma.
El Amor puede derrotar cualquier aflicción sufrida por la
raza humana. El Amor de los unos a los otros, destruirá el mal. El Amor por
Dios destruirá el poder de Satanás sobre los hombres. La fidelidad a los
Mandamientos de Dios, perfeccionará el alma y, en su momento, salvará a la raza
humana del exilio y la separación de Dios.
Cuando la Luz de Dios está impregnada en vuestros corazones
y el Amor de Dios de los unos a los otros está presente en vuestras almas,
entonces todo el mal puede y será conquistado. Cuando vosotros amáis a
Dios, sentiréis una profunda paz en vuestro interior, porque cuando mostráis
amor por Él, Él os llenará de Sus Gracias. Debéis siempre consolaros en el
poderoso Amor que Dios tiene en Su Corazón para cada uno de vosotros. Quienquiera
que seáis, cualquiera que sea la pena que le hayáis causado a Él, y no importe
cuan perversos hayan sido vuestros pecados, Él os perdonará – siempre. Todo lo
que debéis hacer es clamarle a Él, por mediación Mía, Su bienamado Hijo,
Jesucristo, para que Yo intervenga en vuestro nombre a través de la
Reconciliación.
Venid a Mí con vuestra oración y decidme: “Jesús, llévame
bajo Tu Refugio a mi Padre y tráeme la Salvación Eterna”.
Cuando venís a Mí, con sincero arrepentimiento en vuestra
alma, será vuestro el Reino de los Cielos.
Vuestro Jesús
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